martes, 27 de diciembre de 2011

CHARLADRAMAS

SIETE PERSONAJES EN BUSCA DE SU ACTOR

JOTA SIROCO

Antonio Machado
Ramón Mª del Valle Inclán
Rafael Alberti
Miguel Hernández
Pablo Neruda
Federico Garcia Lorca
Camilo José Cela
Francisco Umbral


C A M I N A N T E
(Sobre textos de Antonio Machado)



ESCENA I.-
"El viento me ha traido
tu nombre en la mañana,
el eco de tus pasos
repite la montaña.
No te verán mis ojos,
mi corazón te aguarda."

Nací en Sevilla una noche de Julio de l875.

"Esta luz de Sevilla es el palacio
donde nací con su rumor de fuente.
Mi padre en su despacho, la alta frente,
la breve mosca y su bigote lacio.
Mi padre, aún joven, lee, escribe,
hojea sus libros y medita. Se levanta.
Va hacia la puerta del jardín, pasea
A veces habla solo, a veces canta."

...Pero debo deciros la verdad. Esta es que nací muchos años más tarde, exactamente treinta y cuatro años más tarde, en la pequeña ciudad castellana de Soria. Allí me casé, allí murió mi esposa... cuyo recuerdo me acompaña siempre.

ESCENA II.-
"Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
y un huerto claro, donde madura el limonero.
Mi juventud veinte años en tierras de Castilla.
Mi historia, algunos casos que recordar no quiero."

!Qué pena! Sólo durante ocho años pude gozar de la belleza de Sevilla, pues, cuando contaba esa edad, mis padres se trasladaron a Madrid, por eso los recuerdos de mi ciudad natal son todos infantiles.

¿No os he contado nunca mi recuerdo de la caña de azúcar? Tendría yo seis años. Estaba en Sevilla, en la Plaza de la Magdalena, con mi madre, sentados en un banco. Me había comprado una caña de azúcar. Cuando pasó otro niño, con otra madre y otra caña de azúcar... Yo pensé: "La mía es más grande". Aún sabiendo que me diría que sí, le pregunté a mi madre: ¿A que la mía es más grande?. Ella con todo cariño me contestó: "No, hijo mío, no. La caña de ese niño es mayor que la tuya."


Todo lo que soy, todo lo que hay en mi de vanidad y de fracaso, se lo debo a aquel niño y a aquella caña de azúcar. !No hay que temerle a la verdad, soñar sí, pero no en falso.

ESCENA III.-
"Una tarde parda y fría
de invierno, los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales."
Unos años pasé con D. Antonio Sánchez, un viejo y severo profesor, de una vieja y severa escuela, siempre recordaré...
"Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo y muerto Abel
junto a una mancha carmín.
Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro. Un anciano
malvestido, enjuto y seco
que lleva un libro en la mano...
y todo un coro infantil
va cantando la lección:
"Mil veces ciento cien mil,
mil veces mil un millón.
Una tarde parda y fría
de invierno, los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales."
!Ay, mi Sevilla infantil, tan sevillana!.


Me acuerdo de la casa en que nací, del ancho patio que no volveré a ver, del limonero, cuyo fruto maduro mordía yo de chico y me dejaba la boca acorchada y despierta al mismo tiempo...

ESCENA IV.-            
Primero fue en las tertulias del abuelo, allá en Sevilla, luego en Madrid en la Institución Libre de Enseñanza, donde aprendí el respeto hacia lo humano y la duda racional hacia lo divino.
D. Francisco Giner se sentaba siempre entre sus alumnos y trabajaba con ellos familiar y amorosamente. El respeto lo poníamos los niños o los hombres que el maestro congregaba en torno suyo. Su modo de enseñar era socrático: el diálogo sencillo y persuasivo. Estimulaba el alma de sus discípulos para que la ciencia fuese pensada y vivida por ellos mismos:

-Dios existe o no existe. Cabe afirmarlo o negarlo. Pero no dudarlo.
-Eso es lo que usted cree.
-Un Dios existente sería algo horrible. Dios nos libre de él.
-Teneis unos padres excelentes a quienes debeis respeto y cariño, pero... ¿Por qué no os buscais otros más excelentes todavía?
-¿Conservadores?...Muy bien. Siempre que no os suceda como a aquel sarnoso que se empeñaba en conservar no la salud, sino la sarna.
-!Hubo un gran pedagogo, se llamaba Herodes!
-Las convicciones son más peligrosas para la verdad que las propias mentiras.



-Hoy traemos, señores, la lección 28: "De la existencia de Dios". ¡Que se pongan en pie todos los que crean en El!.
(Toda la clase se levanta)
-Muy bien, señores, hasta mañana.
(Extrañeza en la clase)
-¿Y qué traemos para mañana?
-La lección 29: "De la posible inexistencia de Dios".

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno
y más que un hombre al uso que sabe su doctrina
soy ,en el buen sentido de la palabra, bueno.

Como se fue el maestro,
la luz de esta mañana
me dijo:"Van tres días
que mi hermano Francisco no trabaja.
¿Murió?...Solo sabemos
que se nos fue por una senda clara
diciéndonos:"Hacedme
un duelo de labores y esperanzas.
Sed buenos y no mas, sed lo que he sido
entre vosotros: Alma.
Vivid. La vida sigue, los muertos mueren
y las sombras pasan.
Lleva quien deja y vive el que ha vivido.

Su corazón repose
bajo un encina casta
en tierra de tomillos, donde juegan
mariposas doradas...
allí el maestro un día
soñaba un nuevo florecer de España.

ESCENA V.-
Mi padre murió cuando yo tenía l8 años. Regresó moribundo desde Puerto Rico, donde había ido a hacer por nosotros las Américas. !Malas Américas hizo! !Sólo le dio tiempo a morir en Sevilla!



Yo, entretanto, perdía en Madrid mi juventud liado con poetas y gentes del teatro. A lo tonto, borrachuzo y mujeriego, sin dar golpe.

Fue un tiempo de mentira, de infamia,
a España toda, la malherida España, de carnaval vestida
nos la pusieron, pobre, escuálida y beoda,
para que no acertara la mano con la herida.

ESCENA VI.-
Con la muerte de mi padre en l893 y la del abuelo en l896, los ingresos de la familia se redujeron casi a cero y la situación de la casa llegó a rondar casi la pobreza. Manuel, mi hermano, consiguió un puesto en la Editorial Garnier de París. En l899 yo también me lanzaba a las redes que me ofrecía la Ciudad de la Luz.
París era todavía la ciudad del affaire Dreiffus en política, del simbolismo en poesía, del impresionismo en pintura. Allí, por un tiempo, quedé prendado de la bella poesía azul de Rubén Darío.
Adoro la hermosura y en la moderna estética
corté las viejas rosas del árbol de Ronsard...
En el fondo aquel viaje a París fue lo más práctico que hice nunca. Aprendí francés, idioma con el que pude ganarme la vida. !Qué raro es este mundo! !Un poeta español viviendo de enseñar un idioma extranjero!... Claro que siempre supe que el francés lo enseñaría con el acento de la calle Sierpes.
En l907 obtuve Cátedra de Lengua Francesa, que profesé durante años en Soria. ¿Por qué en Soria, preguntareis?. Mirad. Yo tenía un recuerdo muy bello de Andalucía, donde pasé los felices años de mi infancia...
Pegasos, lindos pegasos,
caballitos de madera.
Yo conocí ,siendo niño,
la alegría de dar vueltas
en un corcel colorado
en una noche de fiesta.
Alegrías infantiles
que cuestan una moneda
de cobre, lindos pegasos,
caballitos de madera.
Decíamos que por qué a Soria... Pues los Hermanos Quintero estrenaron entonces en Madrid "El Genio alegre" y alguien me dijo: "Vaya usted a verla. En esa comedia está toda Andalucía". Fui a ver el "Genio alegre" y me dije: "Si esto es Andalucía, prefiero Soria"... y a Soria me fui.

ESCENA VII.-



Es la tierra de Soria árida y fría,
por las colinas y las sierras calvas,
verdes praderas, cerros cenicientos,
la primavera pasa...
dejando, entre las hierbas olorosas,
sus diminutas margaritas blancas.
Llegué a Soria un cuatro de Mayo de l9O7. Soria era entonces una pequeña ciudad, íntima, de unos siete mil habitantes. Allí me instalé en una pensión de la Calle del Collado.
Mis distracciones  consistían en dar largos paseos con el Abad de la Colegiata, D. Santiago Gómez Santacruz, y con mi buen amigo el periodista José Mª Palacio, al que tanto recordé siempre.
Cerrada esta pensión, tuve que trasladarme a la que en la calle Teatinos regentaba por entonces Dª Isabel Cuevas. Allí vivía esta mujer con su marido y sus tres hijos: Sinforiano, Antonia y la más pequeña; Leonor.


Leonor era menuda y trigueña, de alta frente y ojos oscuros. Creo que me enamoré de ella desde que la vi. Tenía sólo trece años y era alegre y transparente como un amanecer de abril. Yo la seguía de lejos, cuando ella con otras niñas paseaba.
Colinas plateadas,
grises alcores, cárdenas roquedas,
por donde traza el Duero
su curva de ballesta...
Las porteras comentaban que yo era demasiado viejo para la niña y que en Madrid tenía fama de mujeriego. !Cosas de juventud!.
En el Casino, los caciquillos de Soria, criticaban mi educación liberal en la Institución Libre y hasta me tachaban de masón:
"En Santo Domingo
de Misa Mayor,
aunque me decían
hereje y masón,
rezando contigo
!Cuánta devoción!

Álamos de las márgenes del Duero...
Llevan en sus cortezas grabadas iniciales
que son nombres de enamorados,
cifras que son fechas.

Dos años más tarde Leonor y yo grabamos para siempre nuestros nombres en los álamos del Duero. Nos casamos un 3O de Julio de l909 en la Iglesia de Nuestra Señora la Mayor. Leonor contaba entonces l5 años, yo 34.


"¿Qué es amor?, me preguntaba
una niña y contesté:
Verte una vez y pensar
haberte visto otra vez."

ESCENA VIII.-
Era el l9 de Julio, la Fiesta Nacional Francesa. El río de alegría que recorría las calles de París, se transformó en un río de sangre en la boca de Leonor.
La tuberculosis era entonces un mal difícilmente curable. Mi pequeña Leonor, mi mujer, mi niña, murió el l de Agosto de l9l2.
Una noche de verano
la muerte en mi casa entró...

!Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería!
!Oye, otra vez, Dios mío, mi corazón clamar!
Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía.
!Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar!



Cuando perdí a Leonor pensé en pegarme un tiro. El éxito de mi libro "Campos de Castilla" me salvó, y no por vanidad, bien lo sabe Dios, sino porque pensé que si había en mi una fuerza útil no tenía derecho a aniquilarla. Hubiera preferido mil veces morirme a verla morir...En fin, hoy vive en mi más que nunca y algunas veces creo firmemente que la he de recobrar.

ESCENA IX.-
No pudiendo soportar tan doloroso recuerdo, perdí traslado y fui enviado al Instituto de Baeza.
Adiós campos de Soria
donde las rocas sueñan.
Adiós. Ya con vosotros
quedó la flor más dulce
de la tierra
y no puede cantaros,
no os canta ya mi corazón...
os reza.

En Baeza volví a encontrarme con Andalucía. Nos reuníamos en la rebotica de Almazán, donde hice algunas amistades y donde se fue gestando sin saberlo mi Juán de Mairena, ese "hombre con el que converso y siempre va conmigo". En aquella tertulia pueblerina se podían escuchar frases como estas:
-Nuestros políticos llamados de izquierdas, un tanto frívolos-digámoslo de paso-rara vez calculan, cuando disparan sus fusiles de política futurista, el retroceso de las culatas, que suele ser, aunque parezca extraño, más violento que el propio tiro.
-Claro es que, en el campo de la acción política, el más superficial y aparente, sólo triunfa quien pone la vela donde sopla el viento y no quien pretende que sople el viento donde pone la vela.
-Si se tratase de construir una casa, lo que es lo mismo que construir un país, de nada nos aprovecharía que supiéramos tirarnos correctamente los ladrillos a la cabeza.
-El que un hombre público quede mal en público, es peor que el que una mujer pública quede mal en privado.
-Dios creó a los antiguos griegos para que pudiéramos comer los profesores del porvenir.



Y heme aquí ya profesor
de lenguas vivas, ayer
maestro del gay saber
aprendiz de ruiseñor.
En un pueblo húmedo y frío,
destartalado y sombrío,
entre andaluz y manchego.
Silencio. Cerca del fuego.
Fuera, llueve un agua fina,
que ora se trueca en neblina,
ora se torna aguanieve.
En mi estancia, iluminada
por esta luz otoñal,
la tarde gris tamizada
por la lluvia y el cristal,
sueño y medito:
¿En estos pueblos se escucha
el latir del tiempo?.No.
En estos pueblos se lucha
sin tregua contra el reloj.
Tic, tac, ya pasó
un día como otro día
dice la monotonía
del reloj.
Es de noche. Se platica
al fondo de la botica:
"Yo no sé, D. José,
cómo son los liberales
tan perros, tan inmorales"
"!Oh, tranquilícese usted,
después de los liberales
vendrán los conservadores,
buenos administradores
de su casa.
Todo llega y todo pasa,
ni Gobierno que perdure,
ni mal que cien años dure,
tras estos tiempos
vendrán otros y otros
y lo mismo que nosotros
otros se jorobarán.
!Así es la vida D. Juán.!"
"Es verdad,
así es la vida."
Tic, tac, ya pasó
un dia como otro día
dice la monotonía
del reloj.
Pero ya a solas, en la sobriedad de mi celda de viajero, mi pensamiento volaba desde mi soledad a mi recuerdo:
¿No ves, Leonor, los álamos del río
con sus ramajes yertos?
Mira el Moncayo azul y blanco.
Dame tu mano y paseemos.
Por estos campos de la tierra mía,
poblados de olivares polvorientos,
voy caminando solo,
triste, cansado ,pensativo y viejo...

ESCENA X.-
Estimado D. Miguel de Unamuno:
Esta Baeza, a la que llaman la Salamanca andaluza, tiene un Instituto, una Escuela de Arte y varios Colegios de Segunda Enseñanza, pero apenas sabe leer el treinta por ciento de la población. No puedo hacer nada, las gentes de esta tierra tienen el alma totalmente impermeable. No hay mas que una librería en la que se venden tarjetas postales, devocionarios y periódicos clericales y pornográficos. Es la comarca más rica de Jaén y sin embargo la ciudad está poblada de señoritos arruinados en la ruleta.

Al fin una pulmonía
mató a D. Guido y están
las campanas todo el día
doblando por él ,din-dan.
!Buen D. Guido, ya eres ido
y para siempre jamás,
alguien dirá:¿Qué dejaste?
yo pregunto ¿Qué llevaste
al mundo donde hoy estás?
Buen D. Guido y equipaje
!Buen viaje!
!Oh, fin de una aristocracia!
La barba canosa y lacia
sobre el pecho,
metido en tosco sayal...
las yertas manos en cruz...
!tan formal!
el caballero andaluz.

Un día cansado del ancho y vacío paisaje de Baeza, me descolgué hacia la costa, en sus pueblos blancos, marineros, me reencontré con la Andalucía de mi primera infancia
Playa de Sanlúcar,
noche de verano,
copla solitaria
junto al mar amargo.
Una noche de verano
en la playa de Sanlúcar
oí una voz que cantaba:
"Antes que salga la luna
a la vera de la mar
dos palabritas a solas
contigo tengo que hablar".
A la orillita del agua,
por donde nadie nos vea,
antes que la luna salga.

ESCENA XI.-
Tras nueve años de estancia en Baeza, volví a Castilla, esta vez a Segovia.



!Campo de Baeza
soñaré contigo
cuando no te vea!

En l9l9 tomé posesión de la Cátedra de Lengua Francesa en el Instituto de Segovia. Cada mañana avanzaba por la Calle de la Compañía, a lo largo del edificio de los Jesuitas, para desembocar en la sosegada plaza de Santa Cruz, en la cuesta de la Catedral. Pasaba las mañanas en el Instituto, iba a la tertulia del escultor Emiliano Barral y daba frecuentes paseos por las afueras de la ciudad. De noche leía, o rumiaba, poemas en verso o en prosa en la soledad de mi alcoba en la Calle de los Desamparados ll.
La verdad es que como examinador era bastante benévolo. Suspendía a muy pocos alumnos y siempre tras exámenes brevísimos:
-¿Sabe usted algo de los griegos?
-!Los griegos... los griegos... eran unos bárbaros!
-!Vaya usted, bendito de Dios!
No obstante también tenía malísimas pulgas. Un día recuerdo que recibí la visita de un padre de familia:
-¿Le basta a usted ver a un niño para suspenderlo?
-!No! !Me basta con ver a su padre!.
Allí en Segovia, día a día, fui aprendiendo que "un corazón solitario, no es un corazón..."
.!Olmo!, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida...
mi corazón espera...
también hacia la luz y hacia la vida
otro milagro de la primavera...
Y el milagro se produjo, ella se llamaba Pilar de Valderrama y yo la rebauticé para el amor con el nombre de Guiomar...
!Ay, Guiomar, Guiomar...
mírame así condenado,
reo de haberte creado
ya no te puedo olvidar...



Sí, corría el mes de marzo de l928, cuando la vida quiso que, de nuevo, conociera la esperanza, la ilusión y el amor, tan destruidos tras la muerte de mi esposa.

Como atento no más a mi quimera
no reparaba en torno mío, un día
me sorprendió la alegre primavera
que en todo el ancho campo florecía.
La esperanza y la ilusión fueron absolutas, el amor no del todo posible.
"Aquí en nuestro rincón, Pilar, empiezo mi carta, cuando tu no habrás llegado a tu casa todavía. Así combato yo este momento terrible de la separación, este principio de tu ausencia, tan violento que es casi como un desgarrón en las entrañas...En mi corazón no hay más que un amor...el que tengo hacia mi diosa. Porque tú eres, no lo dudes, el gran amor de mi vida .Quizá quien no ha llorado por una mujer no sabe lo que es el amor, yo he llorado mucho cuando tuve consciencia de mi amor hacia ti, por no haberte querido toda la vida."
Tu poeta piensa en ti. La lejanía
es de limón y violeta, verde el campo todavía.
Conmigo vienes, Guiomar, nos sorbe la serranía.
Juntos vamos, libres somos,
aunque Dios, como en el cuento
fiero rey, cabalgue a lomos
del mejor corcel del viento,
aunque nos jure violento su venganza,
aunque ensille el pensamiento...
!Libre amor, nadie lo alcanza!

ESCENA XIII.-
Pero los hombres han inventado la guerra, el crimen deshumanizado, la muerte entre ciegas máquinas, para permitirse el lujo de aliviar la vida a los mejores...
"Se le vio caminando entre fusiles
por una calle larga,
salir al campo frío
aún con estrellas en la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle a la cara."
La guerra es el crimen estúpido por excelencia. El único que no puede tener perdón de Dios, ni de los hombres. Nadie puede perdonar a quien la provoca, ni a quien la prepara.
Hoy sé que me despido de ti, Guiomar. No llores, amor mío. No quiero recordarte llorando. Sabes lo hecho que estoy a despedidas, mi vida entera ha sido siempre un largo adiós.
Y tu te vas, Guiomar, de España ahora.
Adiós Guiomar.
Sé que habrás de llorarme, cuando muera,
para olvidarme
y luego poderme recordar,
limpios los ojos
que miran en el tiempo.
Sé que no nos veremos nunca más. Tu vas a Portugal con tu familia. Yo voy a morir a Francia.



"De mar a mar y entre los dos la guerra,
más honda que la mar. En mi parterre
miro a la mar que el horizonte cierra.

La guerra dio al amor el tajo fuerte
y es la total angustia de la muerte."

ESCENA XV.-
Noviembre de l936. Llegaron a mi casa León Felipe y Rafael Alberti: "A Francia, D. Antonio, hay que pasar a Francia."
Les escuché concentrado y triste, no creía que había llegado el momento de abandonar la capital, pero ya se luchaba en las calles de Madrid.
Españolito que vienes
al mundo, te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.
-Siéntate sobre mis rodillas, madre. Como una niña. Así estarás mejor.
-¿Llegaremos pronto a Sevilla, Antonio, hijo?
-Sí, madre. Ya estamos llegando.



"Desde el umbral del sueño me llamaron.
Era la buena voz, la voz querida.
-Dime,¿Vendrás un día a ver el alma?
Llegó a mi corazón una caricia.
Contigo siempre... y avancé en mi sueño
por una larga, estrecha galería,
sintiendo el roce de la veste pura
y el palpitar suave de la mano amiga."

"Ay, esos días azules
y ese sol de mi infancia".

TELÓN
Sanlúcar 1983






“ ¡ MOZO... UN LACTOCAFE ! “
(Biografía estrafalaria de D. Ramón María del Valle Inclán)

ESCENA I.-

(Dirigiéndose a alguien del público)

Me pareció oirle preguntar que cómo me quedé manco... le explicaré.

Una tarde estaba yo en mi viejo palacio de invierno, cuando se acercó mi anciano ayuda de cámara, serio, cariacontecido y me dijo: -Señor, no hay nada que echarle al cocido.
-¡Tráeme mi navaja de afeitar!... !Toma mi mano con fuerza!
Me di un tajo en el hombro y le ordené: “ !Echa esto al puchero! ” ...y así fue como me quedé manco.

... ... ...

¿Cómo?... ¿Qué no se lo cree?. Por una vez voy a permitirle que lleve razón.

Lo cierto es que cuando yo era Coronel General de los Ejércitos de Tierra Caliente me vi perseguido por un león. Tenía dos opciones, o me dejaba devorar, o le lanzaba parte de mi anatomía para que se entretuviera. Esto segundo hice y, mientras el felino se entretenía con mi muñón, yo me puse a salvo.

Y así fue como me quedé manco. ¿Tampoco se lo cree?... !Lleva usted razón de nuevo!
... ... ...



La verdad, y esta sí es la verdad, que una noche, en una discusión amistosa con el poeta Manuel Bueno, me dio un bastonazo con tan mala fortuna, que se me clavó el gemelo en la muñeca. Al acostarme sentí que el brazo me dolía. Para evitar la gangrena hubo que extirparlo.

Al despertar tras la operación D. Jacinto Benavente estaba en la cabecera de mi cama. Le comenté:
-! Cómo me duele este brazo, D. Jacinto!.
-¡Ese ya no, D. Ramón, ese ya no!

Y fue así como supe que me había quedado manco...Pero, no importa, los dos brazos no son más que el recuerdo de una época salvaje, en la que el hombre tenía que trepar a los árboles, para procurarse su alimento. Además, con un solo brazo, yo seré siempre el primero en salir vestido de un incendio y lo que es más importante, ya nunca podrán llevarme detenido “codo con codo”

ESCENA II.-



“Este que veis aquí, de rostro español y quevedesco, de luenga melena y negra barba, soy yo: D. Ramón María del Valle-Inclán y Montenegro.   Hoy, marchitas ya las juveniles flores, divierto penas y desengaños comentando las “ memorias amables “, que empezó a escribir en la emigración  mi noble tío el Marqués de Bradomín, que como yo era feo, católico y sentimental”.

El gato que runfla,
la puerta que cruje,
la gotera glo, glo, glo,
a la puerta ruge
la bestia abortada
cuando nací yo.

Baste decir que soy gallego desde que el hidalgo vientre de mi madre, D° Dolores de la Peña, tuvo a bien parirme en las frias aguas de la Ría de Arosa, que como ustedes saben, separa y une al mismo tiempo las poblaciones de Villanueva de Arosa y Puebla del Caramiñal.

Apenas si abrí los ojos, el orgullo de hidalgo arruinado se me enredó leve en los pañales al escuchar repetidamente de labios de mi padre el lema familiar: “El que más vale, no vale tanto, como vale Valle” o aquel de “Nos no venimos de reyes, que reyes vienen de nos”.




ESCENA III.-

Un día, D. José de Zorrilla, vino a visitarnos al colegio. Como si adivinara mi porvenir, se acercó hasta mi y me dijo:
-¿Tu también serás poeta?
Aquella pregunta fue para mi como una consagración. Poeta, sí, hacía tiempo que yo dialogaba con la luna y sabía por qué las rosas guardan el encanto de haber sido ...mujer.

ESCENA IV.-

Cuando cumplí diecisiete años mis padres me regalaron mi primer sombrero de copa y yo me regalé mi primera barba. Un día me dije: “Tengo que elegir una profesión sin jefe”. Sin jefe, pensé, sólo hay dos profesiones: la de escritor y la de difunto.

Por el momento elegí ser escritor.

ESCENA V.-



Como todos a esa edad soñé con superar a todos los amantes que en el mundo han sido. Desgraciadamente no lo conseguí. Cuando apenas contaba veintiséis años, y como punto final a uno de esos amores desgraciados, tomé la decisión de recorrer el mundo. Me hice un traje militar de veinticinco hebillas y me embarqué en “La Dalila” rumbo a Méjico.

Esta vieja fragata, tal vez en mi honor, tuvo la deferencia de naufragar en las costas de Yucatán en el viaje de vuelta.

ESCENA VI.-

A bordo de “La Dalila” asesiné a Sir Robert Jones. ¿Qué no se lo cree?...Le daré más detalles.

Lo hice con tanta perfección, que sólo el Capellán del barco sospechó de mi. Yo lo advertí a tiempo, y, confesándome con él, antes de que pudiera contárselo al Capitán, limpié mi alma del pecado y, lo que es más importante, salvé mi cabeza...

Al desembarcar en Veracruz, me dirigí desde el muelle hacia los oficinas de un diario que acababa de leer. En él se insultaba, desde Hernán Cortés, hasta el último de los españoles desembarcados, es decir, yo.

Al tiempo que golpeaba la puerta del Director con mi bastón, grité: “Vieja chupona, iscariote, perra salida, el diablo te lleve”.

Por este simple hecho adquirí pronto fama de camorrista. “El gachupín Valle Inclán-decían-un león con dos pies”.

ESCENA VII.-



Después, como un aventurero de otros tiempos, me lancé a recorrer el vasto Imperio Azteca. Allí, oculta entre las pirámides de Tequil, descubrí a la Niña Chole... ¡Ay, la Niña Chole! ...En la Niña Chole está el origen de mis Sonatas.... el único equipaje en mi vuelta a España en 1895.

Después abrid Santillana
un paréntesis aquí
y poned en él de mi
lo que más os diere en gana.

ESCENA VIII.-

Me instalé en Madrid un año antes de recibir la enorme alegría de saber  que España había perdido sus colonias... cuando

... D. Francisco de Asís
sacando su minga muerta
en el quicio de la puerta
lloriquea y hace pis...

Desde mi llegada a la capital tuve que soportar la inevitable compañía de la pobreza.



No sé bien por qué a la gente le dio por contar anécdotas de mi vida nocturna, que al haber sido realizadas bajo la influencia del alcohol o del hatchís, no podría decir si fueron verdaderas o falsas.

Cuentan que una noche llamé a las puertas de un médico con cuya mujer tenía amores.¿Quién es?, preguntó el Doctor observándome por la mirilla. Yo, enfadado porque no reconociera al más grande de los poetas de España, le contesté:
-¿Cómo que quien soy?. ¡Mire usted, yo podría ser el padre de sus hijos!

ESCENA IX.-

¡Ay, el escritor no debería casarse. Tendría que prohibírselo el Gobierno!. Como decía Bernard Shaw  “un escritor debe matar de hambre a su anciana madre y hacer que sus cinco hijos trabajen para él, antes que claudicar”. Pero yo claudiqué y me casé con la actriz Josefina Blanco. Durante algún tiempo y ante mi fracaso como actor, trabajé en una empresa de publicidad. Recuerdo que una vez había que lanzar al mercado un jabón, patrocinado por unos príncipes del Congo, que, según decían, volvía blancos hasta a los propios negros. Me recluí en mi cuarto y escribí la siguiente cuarteta:

Desde Toledo a Busdongo,
desde la China al Japón
no hay nada como el jabón
de los Príncipes del Congo.

¡No se vendió ni una sola pastilla y afortunadamente me despidieron.

ESCENA X.-



Comenzó para mi la muy noble, pero muy dura, vida de la bohemia. La vida de las tremendas penurias. La de, como decía mi amigo Alejandro Sawa, “tirarme hacia las estrellas, si no lo hubiera impedido la fuerza de la gravedad”. Noches de afectos y odios en el Café Madrid o en el Café de la Montaña...

-¡ Echegaray ¡, ¿Cómo se atreve usted a hablarme de ese viejo idiota?...Mire usted, los dramas de ese señor no son mas que la autobiografía de un marido cornudo.
-¡Oiga, hable usted de su obra y no de su vida privada!
-Y ...¿Quién es usted, mequetrefe para intervenir?
-Yo soy el hijo de D. José de Echegaray.
-¿Su hijo?...¿Está usted seguro, joven?
-¡ D. Ramón ¡
-¡No se me excite, joven!...Usted no es mas que un pedazo de bruto...
-¡D. Ramón!
-Bien, por el respeto que siento hacia su padre retiro lo de...pedazo.
... ...
¿Sabían ustedes que las arañas son homófagas?
...¿Cómo?...¿Que qué es la homofagia?...Homofagia es comer animales de la misma especie. Por ejemplo, el presunto hijo de D. José de Echegaray sería homófago, si se comiera un besugo.



... ...

Una noche, ya de vuelta a casa, me senté sobre un tronco en el Retiro. Al poco tiempo observé que el tronco se movía...! Me había sentado sobre un caimán!. Cualquiera de ustedes hubiera sentido miedo en estas circunstancias...Yo no, porque había sido Capitán General de los Ejércitos de Tierra Caliente y por tanto conocía las costumbres de estos saurios, así pues, le puse un dedo sobre un ojo, que es la manera de guiarles y le ordené: ¡A casa!. Montado en su lomo me condujo hasta las mismas puertas de mi residencia.

ESCENA XI.-

En 1914, Joaquín, mi segundo hijo, acaba de morir. Como un animal herido me refugio en mi viejo caserón de Puebla del Caramiñal.

Por primera vez en mi vida me sentí viejo, cansado, acabado.

ESCENA XII.-



¡Qué curioso!...Fue la Guerra Europea, la paridora de tantas muertes, la que me devolvió a la vida, cuando en 1916 fui enviado como corresponsal de guerra al frente.

Al regresar a España, una vez conocida la destrucción y la muerte, el caduco y falso orden existente comenzó a resultarme ridículo.

ESCENA XIII.-

Dª Estefaldina teje su calceta
puesta de mitones, cofia y pañoleta,
en el saledizo de su gran balcón.
Dª Estefaldina nunca fue casada
por eso en su falda, de cintas picada,
dos gatos malteses hacen el ron-ron.

ESCENA XIV.-



Pero si la sociedad era ridícula, el teatro era nefasto. Aún podían escucharse en los escenarios de España cosas como esta:


¡Ven , Teodora, la sombra de mi madre
posa en tu frente inmaculado beso...
¡Adiós, me pertenece... que en su día
a vosotros y a mi nos juzgue el cielo!



-Muy mal...muy mal...! A la horca con ese tío, que lo ahorquen!
-¡Caballero, queda usted detenido en nombre de la Autoridad!
-¡En el teatro no hay más autoridad que la mía!
-¡A comisaría!
-¡Suélteme, animal! ¿Cómo se atreve a ponerle las manos encima al más grande de los poetas de España!
-¡A comisaría...vamos!
... ... ...
-... Yo no entro ahí si no me ponen la alfombra roja de las grandes solemnidades.
-¡Adentro!
...  ...  ...
-Supongo que usted no se dio cuenta de que estaba hablando con un agente de la autoridad!
-Si señor, lo sabía. Pero se estableció un caso de competencias: Yo soy la autoridad en materias artísticas y teatrales.
-No por eso tenía usted que insultar a este señor, llamándole animal.
-En el caso de este señor eso no es un insulto, sino una definición.
-Bien, ya que no se aviene usted a razones, rellenaremos el formulario habitual.¿Cómo se llama usted?
-¿Qué cómo me llamo yo? ¡Usted sabe perfectamente como me llamo yo, soy yo el que no sabe cómo se llama usted!
-¡Su nombre!
-D. Ramón María José Simón Valle Peña Inclán y Montenegro. Coronel General de los Ejércitos de Tierra Caliente.
-¿Coronel General? ¡No existe ese grado en la milicia. El más alto es el de Capitán General.
-¡Pues yo soy Coronel General y no permito que me degrade un polizonte cualquiera en documento público!
-¡Profesión!
-Escritor.
-¿Sabe usted leer y escribir?
-NO
-Mucho me extraña su respuesta, siendo usted escritor...
-¡Pues más me extraña a mi su pregunta!

ESCENA XV.-



¡Ah, no me quisieron entender con las Sonatas y tampoco me entendieron con mis versos!
¿Sabeis?...Hubo en el Callejón del Gato dos espejos tamaño transeúnte, que convertían en D. Quijote y Sancho a todas las personas que por allí pasaban. El reflejo de un personaje clásico en los espejos del Callejón del Gato, crea el esperpento.

ESCENA XVI.-



Max: ¿Dónde estamos, Latino?...Ahá, el Café Colón. Mira a ver si está por ahí Rubén Darío, sentado como un cerdo triste.
Rubén: ¡Hola Max!
Max : ¡Hola Rubén, si menor en años, mayor en prez!
Rubén: Max, ¿Qué haces?
Max: ¡Nada, no hago nada!
Rubén: ¡Magnífico, magnífico!
Max: Rubén, no perdamos más  tiempo y mezclemos el vino con las rosas de tus versos.
Voz: La noche tocaba a su fin
y en el rincón de un quicio oscuro
nos comimos un pan duro
con el Marqués de Bradomín.

Otra voz: ¡Viva la huelga de los proletarios!!Abajo los maricas de la Acción Ciudadana!
Max: Latino, hay gritos y carreras por las calles. !Préstame tus ojos y busquemos un sitio más tranquilo!
....  .....  .... (salen)
Max: ¡Viva la huelga de los proletarios! ¡Abajo los maricas de la Acción Ciudadana!¡Habría que establecer una guillotina en la Puerta del Sol!
Policía: ¡Eh, ustedes dos, quedan detenidos por borrachos y por golfos!

ESCENA XVII.-



Sí, como todo buen español pasé por la cárcel durante la Dictadura de Primo de Rivera. Entonces los intelectuales teníamos el mismo sino que los gitanos: Ser perseguidos, como los gitanos, por la Guardia Civil.

Con la República pensé que todo iba a cambiar, que al menos podría cenar caliente todas las noches. Pero me di cuenta al poco tiempo que, a aquellos políticos pastueños, les interesaba más mi crítica en el café, como síntoma de permisividad, que darme un empleo fijo.

Un día mi situación económica era tan alarmante, que reuní a mis hijos y les dije:
-Hijos míos, voy a vender este reloj, y cuando nos hayamos comido los veinte duros que nos den por él, se inicia para nosotros un periodo de ayuno de término difícilmente cognoscible.

Ellos, como pequeños héroes y como última cena, tragaron sus lágrimas en silencio.

ESCENA XVIII.-



Menos mal que, en 1933, gracias a Azorín, Baroja y algunos amigos más, conseguí ser nombrado Director de la Academia de España en Roma

En otros tiempos, en Roma, habría sido Papa. Pero ahora Roma me aburría. Roma es una ciudad que no aburre a lo inmortal, pero que llena de aburrimiento a los mortales.

Un mal día, cuando me di cuenta de que las mujeres no se enamoran de los viejos, me invadió una profunda tristeza y volví a España.

ESCENA XIX.-

¿ Recordais ? Sólo había dos profesiones sin jefe: la de escritor y la de difunto. Lentamente me iba acercando al segundo oficio.

Salía poco. Prácticamente del Sanatorio al Café y del Café a casa..

Un día, en uno de estos mis cortos paseos, vi que unos obreros levantaban una tapia en torno a un campo cubierto de flores...
-¿qué haceis?, les pregunté.
-Estamos cercando el cementerio.
-Gasto inútil, les dije, porque los que están dentro no pueden salir y los que estamos fuera no queremos entrar.

¿Sabeis qué es lo peor que tiene la muerte?...Que hay que volver a ver a todos aquellos a los que por fin habíamos perdido de vista en la vida.

De cualquier forma, como es un trance inevitable, cuando llegue prefiero estar sentado que de pié, mejor echado que sentado y tumbado antes que de ninguna otra manera. Pero ese día, tomad nota, no quiero: Ni un fraile humilde, ni un cura discreto, ni un jesuita sabihondo.




ESCENA XX.-

Caballeros, salud y buena suerte.
Da sus últimas luces mi candil.
Ha colgado la mano de la muerte
papeles en mi torre de marfil.
Le dejo al tabernero de la esquina
para adornar su puerta, mi laurel.



...Y BREVISIMO EPILOGO

Jamás hombre más nacido
para el placer, fue al dolor
más derecho.
Jamás ninguno ha caido,
con facha de vencedor,
más deshecho.
(Manuel Machado)

Sale mientras lentamente cae el
TELON



JUAN PANADERO
(Sobre textos de Rafael Alberti.)

ESCENA I .-
Me llamo Juan Panadero
por la tierra y por el mar.
El pan que amaso es de harina
que nadie puede comprar.

Que yo no vendo mi trigo,
mi pan me lo como yo
o lo regalo a un amigo.

Si algo más quieren saber
se lo pregunten a un río
que va del Puerto a Jerez.


Nací a la sombra de las barcas de la bahía de Cádiz, cuando, l9O2, las gentes campesinas de toda Andalucía se agitaban hambrientas. Los primeros blancos que aclararon mis ojos fueron: la sal de las salinas, las velas y las alas tendidas de las gaviotas.

ESCENA II.-INFANCIA

Los abuelos habían sido cosecheros de vinos, grandes burgueses, propietarios de viñas y bodegas. Católicos hasta la más estrafalaria locura y hasta la más violenta tiranía.

Ellos y otras cuantas familias  eran, aún a principios de siglo, los verdaderos amos del Puerto.

Algo de escritura, algo de suma y resta y mucho de Historia Sagrada aprendí  con Dª Concha, mi primera maestra. Llegué a pronunciar el Catecismo Ripalda con un cortante acento vallisoletano, tan difícil para un niño andaluz:

"Bien pronunciado, creido y obrado, digámoslo así: Padre nuestro que estas en los cielos...

Santo Tomás de Villanueva
Santo querido de Dios
esa bolsa que en tus manos tienes
el Señor te la envió
para socorrer a tu bienhechor.
Y por esas olitas de la mar, que van y vienen,
lléname mi casa de salud y bienes.

"!Bien pronunciado, bien pronunciado! ¿Lo oyes?"

Contra aquella mujer fea aplicaba yo siempre que la veía un raro trabalenguas que la retrataba graciosamente:

"Doña dírriga dárriga dórriga
trompa pitárriga
tiene unos guantes.
De pellejo de Zírriga zárriga zórriga
trompa pitárriga
le vienen grandes."







Mi madre, luego, para continuar con mi educación religiosa, me mandó al Colegio Jesuita de San Luis Gonzaga, como alumno externo.
Éramos los externos
los colegiales de familias burguesas ya en declive,
la caridad cristiana nos daba sin dinero su cultura,
la piedad nos abría los libros y las puertas de la clase.

Éramos los externos...

De mis profesores puedo aún recordar...
Al P. Márquez, al que llamaban por su sabiduría "la burra de Balaan".
Al P. Salaverri, por sus arrebatados colores :"Enriqueta la colorada".
Al P. La Torre, "Buchitos", a causa de sus inflados carrillos desagradables.
El P. Zumarripa, rector del colegio, vasco, rojizo, larguirucho, helado y cortante como una espada negra.
Al P. Lirola, padre espiritual, sentimentalón e inocente, que estrujaba más de lo necesario contra su corazón dolorido a las alumnas almas descarriadas.
Y al Hermano Legumbres, llamado así por enviarnos continuamente a comernos su mote.(Los alumnos de tercero sabíamos, y lo comentábamos secretamente, que este hermano se masturbaba a la sombra de un apartado eucalipto de la huerta.)

Éramos los externos.
Tanta ira, tanto odio contraido, sin llanto,
nos llevaban al mar, que nunca se preocupa de raices cuadradas,
al cielo liberado de teoremas,
libre de profesores,
a las dunas calientes
donde nos orinábamos en fila mirando hacia el colegio.







!Ah, las dunas...!Durante las rabonas ellas fueron mi refugio ardoroso, mi fresca guarida, mientras las duras horas de las matemáticas y de los rosarios del atardecer. Allí, enterrados los libros y las ropas, bajábamos a la orilla, ya desnudos,...!Al mar de Cádiz!
Viento, arráncame la ropa,
Tírala, viento, a la mar.

-!Mira, a ese ya le han salido los pelos.!
-Es que es mayor que tu.
-Pues a mi me pasa otra cosa, ¿Quereis verlo?

Mirábamos silenciosos al alumno que, con la cara triste y los ojos perdidos, comenzaba a agitar su agarrotado puño entre las sombreadas ingles entreabiertas, sucios aún los dedos de arena húmeda y caliente.

Aquella tarde todos volvimos tristes y pensativos a casa, por el camino nadie habló.
Al día siguiente el P. Espiritual me llamó inesperadamente a su cuarto:
"Hijo mío, estoy disgustado contigo. Lo que tú haces con esos otros diablillos es uno de los pecados más graves que pueden cometer los niños. ¿Piensas que no lo sé? !Dios os ha visto!. ¿Me prometes no hacerlo más?."

¿Cómo podría saberlo el P. Espiritual?. Un alumno de 6º me reveló el secreto: "El P. Hurtado os ha visto con su gran catalejo desde el salón de Física".

A partir de ese día, nuestras rabonas y licencias naturales se realizaron en otra ondulación de la duna, desde la que no se divisaban ni siquiera los pararrayos del Colegio.

Pero como el ojo de Dios está en todas partes, la siguiente entrevista fue menos comprensiva:

" !Coge tus libros, tu gabán y tu gorra! !Basta de escándalos y de rabonas!.Un alumno del Colegio y en plenos Ejercicios Espirituales dejando por los suelos a la Compañía! Así...que...!Vamos, no me hagas que te lo repita...Los libros, el gabán, la gorra!...Tu tía habló conmigo, te marcharás con ella. Ya lo sabes."


ESCENA III.- MADRID 1917






“!Conque te vas a los Madriles! !Allí si que hay mujeres!”-me descubrió guiñándome por los muelles del río Paquillo el cochero-
-¿Mujeres?
-!Digo!!Más guapas y más baratas que las del Penal!

Pasados unos dos meses de mi llegada a la Capital, mis nostalgias marítimas y salineras comenzaron a hincarme sus primeros taladros.

El mar, la mar.
El mar y sólo la mar.
¿Por qué me trajiste padre a la ciudad?
¿Por qué me desenterraste del mar?
En sueños la marejada me tira del corazón,
se lo quisiera llevar,
padre...¿Por qué me trajiste acá?

Aplacado bastante mi furor por la fuga declaré abiertamente a mis padres, que si estaba en Madrid era para hacerme pintor:







-!Te morirás de hambre!
-No me importa.
-!Pinta, pero termina siquiera el bachillerato.
-!No!
-Pues no verás un céntimo para lápices y colores.
-No lo necesito.
-!Entonces allá tú!.


Mil novecientos diecisiete,
mi adolescencia: La locura
por una caja de pintura,
un lienzo blanco y un caballete.

Pensándolo mejor y como era verano, dije a los pocos días que sí, que terminaría el bachillerato, y esta acertada decisión me valió enseguida unas pesetas con las que compré mis primeros útiles de dibujo. El Prado, Zurbarán, Velázquez, Tiziano, Rubéns, Goya.
... ... ...
Al poco tiempo también oí hablar de Lenin y de los bolcheviques, como sinónimo de bandidos y diablos. Ahora comprendo que vivía rodeado de esa clase de españoles tan justamente llamados "cavernícolas": Un fantasma recorre Europa, nosotros le llamamos camarada.







Siervos,
viejos criados de mi infancia vinícola y pesquera,
con grandes portalones de bodegas abiertas a la playa,
amigos,
perros fieles,
jardineros, cocheros, pobres arrumbadores,
venid conmigo, !Alzaos!
antiguos y primeros guardianes ya desaparecidos...
que no es para pediros que deis alpiste o agua al canario,
al jilguero o al periquito rey,
no es para reprocharos que mi jaca anda mal de una herradura
o que no acudís pronto a recogerme por la tarde al Colegio.
Ya no,
venid conmigo,
abramos las puertas que dan a los jardines,
a las habitaciones que vosotros barristeis mansamente,
a los toneles de vino
que pisasteis un día en los lagares,
las puertas a los huertos...
Abrid, abrid, sentaos, descansad.
Vuestros hijos,
su sangre,
han hecho al fin que suene esa hora en que el mundo
va a cambiar de dueño.
... ... ...

Eran las ocho de la tarde, muy oscurecido ya, momentos antes de la cena.
Estaba yo en mi cuarto, distraido, sin saber qué hacer, cuando oí que alguien subía por las escaleras. Era mi cuñado. Apareció jadeante en la puerta, trayéndome un telegrama:

"Concedido Premio Nacional de Literatura".

Desde entonces en la Residencia de Estudiantes, comenzaron a mirarme con mayor respeto.






Días más tarde, hojeando mi manuscrito ganador "Mar y Tierra", saltó entre las páginas un papelito amarillento, escrito con una temblorosa y diminuta letra, que decía:

"Mar y Tierra, de Rafael Alberti, es a mi juicio el mejor libro de poemas presentado al concurso."

¿Sabeis quién lo firmaba?. Lo firmaba D. Antonio Machado.

Marinerito delgado,
Luis Gonzaga de la mar,
qué fresco era tu pescado
acabado de pescar.
Te fuiste marinerito
en una noche lunada,
tan alegre y tan bonito
cruzando la mar salada.
¡Ay mi niño marinero
tan morenito y galán
tan guapo y tan pinturero
más puro y bueno que el pan!








ESCENA IV.-REPUBLICA Y GUERRA (l931-l936)

Noche negra, siete años
de noche negra, sin luna.
Primo de Rivera duerme
su sueño de verde uva,
su majestad va de caza,
mata piojos y pulgas
y monta yeguas, que pronto
ni siquiera serán burras.







l93O. Unamuno, Azaña, Ortega, Marañón, Valle Inclán, Machado, Bergamín y yo mismo trabajamos abiertamente ya a favor de la República.

En los primeros meses del año 31 aún resonaban en los oidos de España las descargas del fusilamiento de los Capitanes Galán y García Hernández.

Con casi todo el futuro Gobierno Republicano en la Cárcel Modelo, pocos podían imaginar que por debajo iba engrosando el agua, que habría de estallar como una fiesta de surtidores y fuegos de artificio aquel l4 de Abril de l931.

Sin embargo poco duró la fiesta. !Ojalá que aquella madrugada de verano de l936, todos los gallos de España hubieran enmudecido para siempre.!







Juan Panadero en la guerra
fue tan sólo un Juan Soldado,
un Juan Soldado cualquiera.

Primero fue miliciano,
un corazón en el viento
con un fusil en la mano.

!Alerta, Juan Panadero,
que el corazón de Madrid
te está mirando a lo lejos.

No olvides, Madrid, la guerra.
Jamás olvides que enfrente
los ojos del enemigo
te echan miradas de muerte


ESCENA V.-EXILIO (PARIS L939)

Mis ventanas
ya no dan a los rios y los álamos de España.

Miro una lenta piel de toro desollado,
sola, descuartizada,
sosteniendo cadáveres de voces conocidas,
sombra abajo, hacia el mar, hacia una mar sin barcas.

Mis ventanas
ya no dan a los álamos, ni los ríos de España.


Me despierto.
Paris.

Mais non,monsieur.
Mais oui.
Pensaba en ti morena
y con agua del rio te escribía:
Lola, Lolita mía.

Mais non,monsieur,mais non.
!Toujours!.C'est la Police.
-Papiers, papiers.
Yo a Chile,
yo a la URSS.
Yo a Colombia.
Yo a México.
Yo a México con José Bergamín.
Un café-creme,garcon.
Avez vous Le Soir?
-Oh,oui,qui est-ce?
-C'est la police.
Madrid vencía y resistía
con un poco de pan amasado por los soldados.
...asombrando hasta a las raices de la tierra.
Des pommes de terre.
Entrecote.
Place Monge.
Granada.
Yo te busco por Sierra Nevada.
Se sabía
en donde te mataron,
en donde te dejaron,
amigo, amigo mío.
"Que el crimen fue en Granada,
en tu Granada."
Cantemos la Internacional
y ese triste Himno de Riego
porque: "Il pleut
-pardon-
sur mon coeur"

Son las cuatro y cinco de la madrugada. Día 6 de octubre de l939. La guerra otra vez. Cuando apenas comenzaba a comprender de nuevo lo que es caminar tranquilo por una ciudad encendida, he aquí que suenan las primeras sirenas de alarma en París y los primeros cañonazos en la Línea Maginot.

Es el propio Mariscal Petain quien plantea al Gobierno de la France Eternelle, nuestra salida de Radio Paris Mondiale, para contentar a la España "una" del Caudillo.
-"Votre travail comme speaker, monsieur, était excellent. Mais...vous comprenez...c'est Monsieur le Marechal..."
-Oui, monsieur Fraise, nous sommes fiers d'etre mis a la porte de la France par votre noble Marechal.

Se equivocó la paloma,
se equivocaba.
Por ir al norte fue al sur,
se equivocaba.
Creyó que el mar era el cielo,
que la noche la mañana.
Se equivocaba...
Ella se perdió en la orilla.
Yo en la cumbre de una rama.

Marsella, lO de Febrero de l94O.

Adiós, adiós Europa.
Miremos a otro lado que no resuene a sangre.
...América
por caminos de plata hacia ti voy
a darte, lo que hoy
un poeta español puede ofrecerte.

En el Mendoza
todo suena a español
raido, de Orán.
Azul, se retira Ibiza,
allí fui prisionero
en un bosque de pinos.
Mi vida era una choza
de parasol y vientos marinos.

Gibraltar, el Peñón, la negra, usurpada cola del pobre toro hispano. Tarifa, Casablanca, Canarias, Dákar...y al fin América, Buenos Aires, la Argentina...


ESCENA VI.-AMÉRICA, ITALIA, EL RETORNO.






Juan Panadero de España
tuvo, cuando la perdió,
que pasar la mar salada.

Pero, aunque la mar pasó,
Juan Panadero de España
ni se fue, ni se perdió.

Porque es de Juan Panadero
no dar nada por perdido,
aunque la mar ande en medio.

!Aire, y siempre con más gana,
ayer por tierra española,
hoy por tierra americana!

¿Qué fui?...Fui hasta profesor.
Canté coplas, pinté cuadros,
buen poeta y mal pintor.

Hay un español errante
y hay otro que no camina.
Yo soy de los caminantes.

Por eso no comprendo cómo estando "tan vivo el recuerdo de lo lejano", pudimos soportar durante tanto tiempo tu ausencia, y no ...

Volverte a ver, Europa, volver, volver a verte...
y al fin te he visto y toda tu me has mirado.
Para tu hermosa frente, Europa, ¿qué te hubiera traido?
Una ola azul de Cádiz,
un clavel de Sevilla,
un mirto de Granada
y una espiga del cielo de Castilla.
..... .....






Querida niña Aitana:
Esta clara mañana de otoño entre los pinos y
oscuros cedros de la Farnesina, pienso en la
Torre Azul de los Molinos y en el pequeño mar
de tu dulce piscina.¿Eres feliz?
Con mucho y poco, Aitana.
Lo eres porque ya tienes todo lo que quieres,
aunque yo bien quisiera que siempre a todas horas,
mi ventana en libertad a tu jardín se abriese.
Pero tu bien lo sabes, todavía
después de tantos años, tristemente,
se sigue abriendo involuntariamente
en tantos sitios donde no querría.
...  ...

Dejé por ti mis bosques, mi perdida
arboleda, mis perros desvelados,
mis capitales años desterrados
hasta casi el invierno de mi vida.

Dejé un temblor, dejé una sacudida,
un resplandor de fuegos no apagados,
dejé mi sombra en los desesperados
ojos sangrantes de la despedida.

Dejé palomas tristes junto al río,
caballos sobre el sol de las arenas,
dejé de oler la mar, dejé de verte.

Dejé por ti todo lo que era mío...
dame, tu, Roma, a cambio de mis penas,
tanto como dejé para tenerte...






!Y esta es en Roma la vida de un poeta!

Señora,¿la conozco?¿Dónde vive?
Por Dios que he visto esos dos ojos negros,
esas caderas anchas, esa forma
de culear andando, esas dos tetas...
¿Que la ofendí?!Perdón, tanta sonrisa
acompañada de tan claros dientes,
prueba que no, señora...
¿Cómo se llama?!Vamos!¿Lo dice, no lo dice?
!Culo de Satanás, no me lo niegue!

!Y esta es en Roma la vida de un poeta!

!Llega el Otoño, el Papa
Se marcha con las hojas a Nueva York!
San Pedro vaga cantando:
!Al fin solo en el Vaticano!
Obispos y Cardenales
por las Puertas de San Pedro
salen.

Ya se acabó la corrida,
corren las capas al brazo,
por la plaza a la comida.
!Señor que les ves correr,
ansiosos al comedor
donde hay tanto que comer...
!Misericordia Señor!
!Suplícales de algún modo
que no se lo coman todo,
pues no va a quedar ni flor
en la viña del Señor!

!Oh, Señor!

!Y esta es en Roma la vida de un poeta!






-Acabo de pisar, Santo Dios, una caca.
-Dicen que trae buena suerte pisar una caca.
-!Buena suerte!!Si estoy pegado al suelo y no puedo caminar!

Trata de no mirar sus monumentos,
caminante que a Roma te encaminas.
Abre cien ojos, clava cien retinas,
esclavo siempre de su pavimento.

Verás, entre meadas y meadas,
más meadas, de todas las larguras,
unas de perros, otras son de curas
y otras quizá de monjas disfrazadas.

Las verás lentas o precipitadas,
tristes, alegres, dulces, blandas, duras,
meadas de las noches más oscuras
o de las más luminosas madrugadas.
Roma cultiva el gato y la meada
!Oh, Roma, ciudad mingitorio del Universo.!
Cuando me vaya de Roma
¿Quién se acordará de mi?
Pregunten al gato,
pregunten al perro
y al roto zapato.
Cuando me yaya de Roma,
pregunten a ellos por mi.
...   ...   ...

Sábado 31 de Julio de l976.

"Tras la celebración del Consejo de Ministros en el Palacio del Ayuntamiento de la Coruña, los ministros de Asuntos Exteriores, Justicia e Información y Turismo, dieron cuenta de los asuntos más importantes tratados en el Consejo. Entre ellos destaca la aprobación por parte del Rey de la petición de Amnistía formulada por el Gobierno y que beneficiará a los presos políticos exiliados y expatriados..."







En vísperas de volver
es confuso lo que siento
y lo que quisiera hacer.

Tanto esperé, esperé tanto,
que no sé si mi canción
es canción o es sólo llanto.

!Andaluces, gaditanos,
los de la tierra y el mar,
espumas, montes y llanos.

!Salud!...pues ya se avecina
el retorno del hermano
que a vuestra luz se ilumina.

Aquel que un día se fuera,
pero que siempre os llevó
en su canción marinera.

!Andaluces, levantad
en vuestras viejas guitarras
el sol de la libertad.!

“Me fui de España con el puño cerrado, hoy vuelvo con la palma extendida en señal de reconciliación entre todos los españoles.”







ESCENA VII.- EL ADIÓS. El Puerto, 1999.

Abrí el libro de mi vida una noche de tormenta en el Puerto de Santa María, hoy quiero cerrarlo, mientras contemplo ensimismado el fuego de la chimenea en “ Ora Marítima “  mi última casa en esta pequeña ciudad surgida a orillas de la milenaria bahía.

Entro ya irremediable y definitivamente en ese golfo de sombras que  os anunciara, con la vana esperanza de que el paso del tiempo no borre las huellas de tantos caminos por mi recorridos.







Si me muero, si alguna vez llego a morirme cantadme un gori-gori por alegrías que es como canta la gente de mi tierra.


Si mi voz muriera en tierra
llevadla al nivel del mar
y dejadla en la ribera.
Llevadla al nivel del mar
y nombradla capitana
de un blanco bajel de guerra.

¡Oh mi voz condecorada
con la enseña marinera:
sobre el corazón un ancla
y sobre el ancla una estrella
y sobre la estrella el viento
y sobre el viento la vela!


T E L O N

Alberti regresó a España en l976.
Recibió el Premio Cervantes de Literatura en l984.
En Marzo de ese mismo año fue nombrado HIJO PREDILECTO DE ANDALUCÍA.

Rafael Alberti Murió en la madrugada del 27 al 28 de Octubre de 1999 en su casa “Ora Marítima” del Puerto de Santa María.

El Puerto de Santa María l984



“ POETA MIGUEL “
(Con textos de  Miguel Hernández)

(Adaptación con cante flamenco)

INTRODUCCION

CANTE POR TONÁ.

Las cárceles se arrastran por la humedad del mundo,
van por la tenebrosa senda de los juzgados,
buscan a un hombre...lo absorben... se lo tragan.

Cierra la puerta, echa la aldaba
carcelero, ata duro a ese hombre,
no le atarás el alma.

ESCENA I.-







Esposa, si no me sacais de aquí me muero. Cossío, Sánchez Mazas, Ridruejo, me ayudan, pero a cambio quieren que abjure de mis creencias. ¡ Creen que Miguel Hernández es una puta barata ¡.

Hombres veo que de hombres
solo tienen, sólo gastan
el parecer, el cigarro,
el pantalón y la barba.
En el corazón son liebres,
gallinas en las entrañas,
galgos de rápido vientre
que en épocas de paz ladran
y en épocas de fusiles
desaparecen del mapa.
Estos hombres, estas liebres,
comisarios de la alarma,
cuando escuchan a cien leguas
el estruendo de las balas
con singular heroísmo
a la carrera se lanzan,
se les alborota el ano
y el pelo se les espanta,
valientemente  se esconden,
gallardamente se escapan
del campo de los peligros
estas fugitivas cacas
que me duelen hace tiempo
en los cojones del alma.

...Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto, y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.
Cantando espero a la muerte
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.

Esposa, medio mucha pena lo que me contaste sobre nuestro hijo, espero ansioso la libertad para poder abrazarle, abrázale por mi, que no eche en falta a su padre.

CANTE POR NANAS.-

En la cuna del hambre
mi niño estaba
con sangre de cebolla
se amamantaba.





Una mujer morena
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.

Tu risa me hace libre,
me pone alas,
soledades me quita,
cárcel me arranca.

Desperté de ser niño,
!Nunca despiertes!,
Triste llevo la boca,
ríete siempre.

ESCENA II.- LA INFANCIA

Todo empezó muchos años antes, en Orihuela, en la Calle de Arriba 73. Tendría yo quince años cuando...

“Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el Reino de los Cielos”...¿Cómo, Miguel?¿Qué dice tu padre que a lo mejor no hay cielo?...Dile a tu padre que venga a hablar conmigo.”

Así acabó el Colegio. Así acabaron para mi las Escuelas del Ave María.

Ya en el campo comencé a leer todo lo que caía en mis manos: Gabriel y Galán, Vicente Medina, Fray Luis de León...Con todos ellos comencé a escribir mis primeros poemas...Uno tras otro los iba después desgranando en nuestra pobre tertulia en casa de los Fenoll. Allí Ramón Sijé,



con su voz espesa, grave, conocedora de todos los registros, me decía entre padre y amigo:

“Miguel. Los nuevos poetas de la nueva España, han encontrado en Góngora  la fórmula para dejar de parecer ser poetas y serlo realmente. Si de verdad quieres dedicar tu vida a la poesía vete a Madrid, aquí en Orihuela sólo irías agonizando lentamente”

Le hice caso, cogí mi pobre maleta de cartón y me fui del pueblo. Era un 7 de Diciembre de 1931.

CANTE POR SEGUIRIYA.-

Carne de yugo ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.

Contar sus años no sabe
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.

¿Quién salvará a este chiquillo,
menor que un grano de avena,
de donde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?

ESCENA III.- MADRID






Llegué a Madrid cargado aún de huertas y naranjas. De campo y sol entre mis manos.
Llegué a Madrid y conocí el mundo e la incomprensión del que me había hablado Sijé.
Buscaba trabajo como un loco. Me pateé todo Madrid, pero la escena parecía repetirse:
¡ No hay trabajo, joven, márchese!
¡No hay trabajo, márchese! ¡Márchese, márchese, márchese!

¡ Qué confusión, Babel de los babeles,
gran ciudad, gran demontre, gran puñeta
y su desequilibrio en bicicleta!
¡Rascacielos, qué risa, rascaleches!
Lo que haya de venir aquí lo espero
cultivando el romero y la pobreza...”






Volví a Orihuela tras una breve estancia en la capital. Allí pude por fin en 1933 editar mi primer libro, “Perito en lunas”.
“No se merece Perito en lunas-escribió Lorca– un silencio estúpido, no. Se merece la atención y el amor de los buenos”.
Animado por estas palabras, volví de nuevo a Madrid.

Allí todo había cambiado. Imparable había crecido el movimiento fascista, frente a él se alzaba la voz del pueblo: sindicatos y partidos de izquierda se unían frente al ruido sordo de tan amenazantes cadenas.

CANTE POR ROMANCE

Vientos del pueblo me llevan.
Vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.

Los bueyes doblan la frente
impotentemente mansa
delante de los castigos,
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su pavorosa zarpa.

¡Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España!

ESCENA IV.- LA GUERRA

Como preludiando futuros sufrimientos, mi querido amigo, mi compañero del alma Ramón Sijé, con quien tanto quería, cerraba sus ojos definitivamente en la nochebuena del año 33... Pero, amigo, yo sé que...






Volverás a mi huerto y a mi higuera.
Por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma, colmenera
de angelicales sedas y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas
compañero del alma, compañero.

CANTE POR PETENERAS

Quiero arrancar la tierra con mis dientes,
Quiero escarbar la tierra parte a parte
A dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

ESCENA V.- EN EL FRENTE

Lorca fue asesinado poco después de iniciada la sublevación militar en Marruecos...

“Federico García
hasta ayer se llamó,
polvo hoy se llama”






Y es su sangre bestialmente vertida la que me hace escribir a Valentín González “ El Campesino”, para decirle: “Yo seré el poeta dispuesto a empuñar el fusil y a empuñar el romance cuando lo creas oportuno”.

Ingreso en el 5° Regimiento y recorro el frente dando mítines:

“Compañeros, vivimos una gran época de sangre. En el territorio de España hay más ríos de sangre que de agua y más sementeras de sangre que de trigo.
La España joven y jornalera, la del trabajo excesivo y el pan menguado, tiene la suerte, que no la desgracia de vivir estos momentos de duro encuentro entre dos mundos: el del explotador y el del explotado.
Campesinos, jornaleros que hoy empuñais el fusil, sabeis poco o sabeis nada de lo que significa derrotar a las clases adineradas, que están frente a nuestras trincheras bajo el nombre de fascismo.
¡Compañeros! ¡Que en vuestros corazones no haya otro sentimiento que este: Hacer la Revolución!.
¡Que en vuestras frentes no haya otro pensamiento que este: Ganar la guerra!
¡Campesinos, trabajadores, jornaleros, Viva la República, Viva el Frente Popular, Abajo el fascismo!






CANTE POR ROMANCE

Que mi voz suba a los montes,
que baje a la tierra y truene,
eso pide mi garganta
desde ahora y desde siempre.

Si yo salí de la tierra,
si yo he nacido de un vientre
desdichado y con pobreza
no fue sino para hacerme
ruiseñor de las desdichas
y eco de la mala suerte.

No desfallezcan tus huesos,
castiga a quien te malhiere
mientras que te queden puños,
uñas, saliva y te quede
corazón, entrañas, tripas,
cosas de varón y dientes.

Asesina al que asesina,
aborrece al que aborrece
la paz de tu corazón
y el vientre de tus mujeres.
Varios tragos es la vida
y un solo trago la muerte.


ESCENA VI.- AMOR EN LAS TRINCHERAS

Avanzaba la guerra. También desde las trincheras escribía cartas a Josefina, mi novia:





“Eres la noche, esposa. La noche en el instante
de su potencia lunar y femenina.
Eres la medianoche, la sombra culminante,
donde culmina el sueño, donde el amor culmina
Daré sobre tu cuerpo, cuando la sombra arroje
su avaricioso anhelo de imán y poderío.
Un astral sentimiento febril me sobrecoge,
incendia mi osamenta como un escalofrío.
La sombra pide, exige, seres que se entrelacen,
bocas que la constelen de relámpagos largos,
bocas embravecidas, batidas, que atenacen,
silencios que hagan música de sus mudos letargos.
Pide que nos echemos tu y yo sobre una manta,
tu y yo sobre la luna, tu y yo sobre la vida.
Tu eres el alba, esposa.
Tu eres la noche, esposa,
Yo soy el mediodía.

CANTE POR

El palomar de las cartas
abre su imposible vuelo
desde las trémulas mesas
donde se apoya el recuerdo,
la gravedad de la ausencia,
el corazón, el silencio.
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté
escríbeme a la tierra
que yo te escribiré.

ESCENA VII.- LA CÁRCEL

De nada sirvió. Al terminar la guerra intenté cruzar a Portugal con mi mujer y mi segundo hijo, Manuel Miguel. Pero fui detenido por la policía política de Salazar y entregado a la Guardia Civil.

Comenzó para mi un largo recorrido de cárceles, Madrid, Valencia, Ocaña, Alicante...





OFF.-

Nombre del fallecido: Miguel Hernández Gilabert.
Profesión: Poeta
Hora de la muerte: 5.30
Fecha de la muerte: 28 de Marzo de 1942.
Lugar de entierro: Cementerio Nuestra Señora de la Almudena, Nicho 1009..

Jornaleros que habeis cobrado en plomo
Sufrimientos, trabajos y dinero,
Cuerpos de sometido y alto lomo,
Jornaleros.

Españoles que España habeis ganado,
Labrándola entre lluvias y entre soles,
Rabadanes del hambre y del arado.
Españoles.

¿Dejaremos robar cobardemente
riquezas que han forjado nuestros remos,
campos que humedecieron nuestras frentes,
dejaremos?

CANTE POR FANDANGOS

Fuera, fuera ladrones de naciones,
Guardianes de la cúpula banquera,
Cluecas del capital y sus doblones.
¡ Fuera, fuera ¡

Arrojados sereis como basura
De todas partes y de todos lados,
No habrá para vosotros sepultura,
Arrojados.

Jornaleros, que España loma a loma,
Es de gañanes, pobres y braceros,
No permitais que el rico se la coma.
Jornaleros.

TELÓN
Sanlúcar de Barrameda, 1983.




NERUDA EN EL CORAZON
(Sobre textos de Pablo Neruda)
"...De cuanto he dejado escrito en estas páginas se desprenderán siempre, como en las arboledas de otoño y como en el tiempo de las viñas, las hojas amarillas que van a morir y las uvas que revivirán en el vino sagrado... Mi vida es una vida hecha de todas las vidas: Las vidas del poeta."
CANCIÓN-PRELUDIO



Me llamo pájaro Pablo,
ave de una sola pluma,
volador de sombra clara
y de claridad confusa.
Las alas no se me ven,
los oidos me retumban,
cuando paso entre los árboles
o debajo de las tumbas
cual un funesto paraguas
o como espada desnuda,
estirado como un arco
o redondo como una uva,
vuelo y vuelo sin saber,
herido en la noche oscura.
(de "Arte de pájaros")

ESCENA  I : INFANCIA

Comenzaré por decir, sobre los días y años de mi infancia, que mi único personaje inolvidable fue la lluvia.
Por las veredas, pisando entre una piedra y otra, contra frío y lluvia, andábamos hacia el colegio. Siempre recordaré los calcetines mojados junto al brasero y muchos zapatos echando vapor como pequeñas locomotoras.



Mi padre se llamaba simplemente José del Carmen y era conductor de un tren lastrero. A veces me llevaba con él. Al paso del tren la naturaleza me daba una especie de embriaguez. Me atraían los pájaros, los escarabajos, los huevos de perdiz, las madres culebras y las arañas peludas...

...Sin que yo la recuerde, sin saber que la miré con mis ojos, murió mi madre, Dª Rosa Basoalto. Yo nací un 12 de Julio de l904 y un mes después, agotada por la tuberculosis, mi madre ya no existía.
"Desde el fondo de ti y arrodillado
un niño triste, como yo, nos mira..."

CANCIÓN

Ya no se encantarán tus ojos en mis ojos,
Ya no se endulzará junto a ti mi dolor.
Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada
y hacia donde camines llevarás mi dolor.
Desde tu corazón me dice adiós un niño.
...y yo le digo adiós.

ESCENA II.-

Fui creciendo y me comenzaron a interesar los libros. Las hazañas de Búfalo Bill, los viajes de Salgari. Mis primeros amores, los purísimos,  se desarrollaban en cartas enviadas a Blanca Wilson...

Me gustas cuando callas...
porque estás como ausente
y me oyes desde lejos
y mi voz no te toca...
parece que tus ojos
se te hubieran volado
y parece que un beso
te sellara la boca.



Apenas escapada la adolescencia de mis manos, entregué mi juventud a las calles de Santiago. Allí me refugié en la poesía con la ferocidad de un tímido y allí nacieron mis primeros libros...En la calle Maruri 513, tal vez pocos sepan que setrata de una humilde calle visitada por los más extraordinarios crepúsculos, por eso allí nació mi primer libro "Crepusculario", después en 1923 de vuelta en mi casa de Temuco, me sentí embriagado por una noche delirante de estrellas, cósmica. Corrí a la mesa y como si recibiera un dictado escribí el primer poema de mi segundo libro "El hondero entusiasta", luego, más adelante nacerían "Los veinte poemas...", que no son mas que el romance de Santiago, con sus calles estudiantiles, la universidad, el olor a madreselva del amor adolescente compartido...

"Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos.
Te pareces al mundo en tu actitud de entrega.

Mi cuerpo, de labriego salvaje, te socava
y hace nacer el hijo del fondo de la tierra...”

!Ah, los vasos del pecho! !Ah, los ojos de ausencia!
!Ah, las rosas del pubis!
!Ah, tu voz lenta y triste!

CANCIÓN

Te recuerdo como eras en el último otoño
eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo
y las hojas caían en el fondo de tu alma.

Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía,
dulce jacinto azul, torcido sobre mi alma.

ESCENA III,-
La vida cambiaba mientras tanto en Chile. Clamoroso se levantaba el movimiento popular dirigido por el obrero Luis Emilio Recabarren.


Los estudiantes apoyábamos las reivindicaciones populares y éramos apaleados por la policía en las calles de Santiago.
Desde aquella época se mezcló la política en mi poesía y en mi vida.
... ... ...
Un premio literario estudiantil. Una cierta popularidad de mis nuevos libros y de mi capa
famosa, me habían proporcionado una aureola de respetabilidad dentro de la vida cultural chilena.

-"¿Pero qué hace usted aquí? Usted debe irse a París, Pablo", me dijo el ministro. Pero yo elegí Rangoón. Y así fui nombrado Cónsul de Chile en un rincón desconocido del fabuloso Oriente.

Mi vida oficial funcionaba una sola vez cada tres meses, cuando arribaba un barco de Calcuta que transportaba parafina sólida y grandes cajas de té para Chile.

Me adentré tanto en la vida de esa gente que me enamoré de una ativa: Jossie Bliss. Pero, !Ah!...Jossie tenía celos de aversión a todo lo que me rodeaba. Sentí miedo de que acabara matándome. Por suerte recibí un mensaje oficial en el que se me participaba mi traslado a Ceilán. Preparé mi viaje en secreto y abandoné a Jossie Bliss, esa especie de pantera birmana, con el más grande dolor.

"...Oh Maligna, ya habrás hallado mi carta
y habrás llorado de furia
y habrás insultado el recuerdo de mi madre
llamándola perra  podrida y madre de perros...
Ya habrás bebido sola, solitaria, el te del atardecer
mirando mis viejos zapatos vacíos para siempre...
!Ah Maligna, la verdad, qué noche tan grande,
qué tierra tan sola...!”



Allí en Ceilán, en mi bungalow colgado de los arrecifes de Wallawatha, escribí gran parte de mi "Residencia en Tierra" ...Desde allí a Colombo, Singapur, Batavia...

CANCIÓN
Inclinado en las tardes
tiro mis tristes redes a tus ojos oceánicos.
Allí se estira y arde en la más alta hoguera
mi soledad que da vueltas los brazos como un náufrago.
Hago rojas señales sobre tus ojos ausentes
que olean como el mar a la orilla de un faro.
Sólo guardas tinieblas, hembra distante y mía,
de tu mirada emerge a veces la costa del espanto.

ESCENA  IV,-
En l934 fui nombrado Cónsul de Chile en Madrid. A los pocos días era uno más entre los poetas españoles de la época: Lorca, al que había conocido en Buenos Aires y del que después a solas os contaré una curiosa anécdota, Alberti, Miguel Hernández, Aleixandre... A D. Antonio Machado le vi varias veces, sentado en su café, con su traje negro, de notario; muy callado y discreto, dulce y severo, como un árbol viejo de España. Fue Juan Ramón Jiménez el encargado de hacerme conocer la legendaria envidia española.



Todos entonces galopábamos a lomos de nuestro "Caballo verde para la poesía". Ese era el título de la revista que habría de aparecer el l8 de Julio de l936, pero aquel día un General desconocido se había sublevado contra el Gobierno de la República en su Guarnición de África...

"...mi casa era llamada la casa de las flores
porque por todas partes
estallaban geranios, era
una bella casa
con perros y chiquillos.
¿Te acuerdas Rafael?
¿Federico, te acuerdas
debajo de la tierra?
¿Te acuerdas de mi   casa con balcones
donde la luz de Junio ahogaba flores en tu boca



Generales traidores:
Mirad mi casa muerta,
mirad España rota...
Venid a ver la sangre por las calles.
Venid a ver la sangre
por las calles.
Venid a ver
la sangre por las calles.

Pasó el tiempo. La guerra comenzaba a perderse. Miles de hombres fugitivos repletaban las carreteras que salían de España. Los poetas acompañaban al pueblo español en la lucha. Federico ya había sido asesinado en Granada, Miguel Hernández de pastor de cabras se había transformado en verbo militante, Alberti llenaba las plazas de toros y llenaba de fervor revolucionario los corazones. En cuanto a mi, por mi participación en defensa de la República Española el gobierno de Chile decidió alejarme de mi cargo.

CANCIÓN
Emerge tu recuerdo de la noche en que estoy.
El río anuda al mar su lamento obstinado.
Abandonado como los muelles en el alba.
Es la hora de partir... !Oh abandonado!

Sobre mi corazón llueven frías corolas.
!Oh sentina de escombros, feroz cueva de náufragos!
En ti se acumularon las guerras y los vuelos.
De ti alzaron las alas los pájaros del canto.

Todo te lo tragaste, como la lejanía.
Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio.
!Ah, más allá de todo! !Ah, más allá de todo!
Es la hora de partir. !Oh, abandonado!

INTERMEDIO
La poesía es siempre un acto de paz.
El poeta nace de la paz, como el pan nace de la harina.
Los incendiarios, los guerreros, lo lobos, buscan al poeta para matarlo, quemarlo, morderlo.
Un espadachín dejó a Pushkin herido de muerte entre los árboles de un parque sombrío.
Los caballos enloquecidos golpearon sobre el cuerpo sin vida de Petofi.
Luchando contra la guerra murió Byron en Grecia.
Los fascistas españoles iniciaron la guerra matando a su mejor poeta.
Pero la poesía no ha muerto.
La molestan, la arrastran por la calle, la escupen, la limitan para ahogarla, la destierran, la encarcelan, le dan cuatro tiros y sale de todos estos episodios con la cara lavada y una sonrisa de arroz.



ESCENA V.-
Tras una breve estancia en París, con el fin de organizar el forzado exilio de tantos republicanos españoles, mi Gobierno me mandaba a Méjico. Allí volví a encontrarme con España, con la España exiliada, con la otra España, Con León Felipe, con Juan Rejano, con Herrera Petere y con tantos otros que muchas noches llenaron mi casa.

Un día cualquiera renuncié definitivamente a micargo de cónsul general y el Ministerio se apresuró a aceptar el fin voluntario de mi carrera.



Regresé otra vez en tercera clase a mi país. El contacto con España me había fortalecido y madurado. Compré una casa junto al Océano, Isla Negra, y pensé entregarme a mi trabajo literario. Casi inmediatamente comencé a trabajar en mi "Canto General". Me sentía chileno, peruano, americano...

"Antes de la peluca y la casaca
fueron los ríos, ríos arteriales.
Fueron las cordilleras, en cuya onda raida
el cóndor o la nieve parecían inmóviles.
Fue la humedad y la espesura, el trueno
sin nombre todavía, las pampas planetarias."

De regreso a Chile ingresé en el Partido Comunista. Mis discursos se tornaron cada vez más violentos. Fui elegido Senador. Se pidió y se obtuvo mi desafuero y se ordenó a la policía mi detención. Clandestinamente y gracias a la documentación de Miguel Ángel Asturias, pude salir de América y aterricé en París.
Después... India... China... Rusia... Italia... Nápoles... y allí... "Los versos del capitán", lanzados hacia el amor de Matilde Urrutia de forma anónima y clandestina. (No quería herir a Delia del Carril, esposa de la que me separaba, y que fuera, durante l8 años, una ejemplar compañera.)


"Antes de amarte, amor, nada era mío.
Vacilé por los montes y las cosas.
Nada contaba ni tenía nombre.
El mundo era del aire que esperaba.
Todo era de los otros y de nadie,
hasta que tu belleza y tu pobreza
llenaron el otoño de regalos..."



CANCIÓN.-
Para mi corazón basta tu pecho,
para mi libertad bastan tus alas.
Desde mi boca llegará hasta el cielo
lo que estaba dormido sobre tu alma.

Es de ti la ilusión de cada día.
Llegas como el rocío a las corolas.
Socavas el horizonte con tu ausencia.
Eternamente en fuga como la ola.

He dicho que cantabas en el viento
como los pinos y como los mástiles.
Como ellos eres alta y taciturna
y entristeces de pronto, como un viaje.

Acogedora como un viejo camino.
Te pueblan ecos y voces nostálgicas.
Yo desperté y a veces emigran y huyen
pájaros que dormían en tu alma.

ESCENA VI.-



Una mañana de l870 llegaron a mi escondite marino de Isla Negra, el Secretario General del Partido y otros compañeros. Venían a ofrecerme la candidatura parcial a la Presidencia de la República.

Mi candidatura agarró fuego. Estaba entusiasmado, cada vez asistía más gente a las concentraciones. Con fascinación y terror comencé a pensar qué iba a hacer yo si salía elegido Presidente de la República más chúcara, ingrata, insoluble y endeudada de América.
En un  afortunado momento llegó la noticia: Salvador Allende surgía como candidato único de la Unidad Popular.


Yo presenté rápidamente mi renuncia a la candidatura. Tras su triunfo, Allende,  me nombraría Embajador en París.
... ... ...

Ya allí, una noche, vino a verme Arthur Lundvist, el único amigo escritor que yo tenía en Suecia. Me comunicó que se rumoreaba mi nombre como el más firme candidato al Nóbel de ese año. El 21 de Octubre una radio de París lanzó un flash: "El poeta chileno Pablo Neruda, Premio Nóbel de Literatura"



...Por la radio, pues, conocí la noticia...
...Cuando la compañía norteamericana ITT pretendió el embargo del cobre chileno una ola de indignación recorrió europa.
Volví a Chile. Me recibió una vegetación nueva en las calles y en los parques. Era el musgo del odio el que los tapizaba: Carteles anticomunistas que chorreaban insolencia y mentira, carteles contra Cuba, carteles antisoviéticos, carteles sanguinarios que pronosticaban degollinas.

Al General Shneider, Jefe Supremo del Ejército, hombre respetable y respetado, lo asesinaron. La ITT de acuerdo con el  expresidente Frei, lanzó a la Democracia Cristiana en los brazos de la nueva derecha fascista.
El 11 de Septiembre Salvador Allende moría defendiendo la democracia chilena.


CANCIÓN.-
El viento es un caballo:
Óyelo como corre
por el mar, por el viento.
Quiere llevarme. Escucha
cómo recorre el mundo
para llevarme lejos.

Escóndeme en tus brazos
por esta noche sola,
mientras la lluvia rompe
contra el mar y la tierra
su boca innumerable.

Escucha como el viento
me llama galopando
para llevarme lejos.

Con tu frente en mi frente,
con tu boca en mi boca,
atados nuestros cuerpos
al amor que nos quema,
deja que el viento pase
sin que pueda llevarme.

Deja que el viento corra
coronado de espuma,

que me llame y me busque
galopando en la sombra,
mientras yo, sumergido
bajo tus grandes ojos,
por esta noche sola
descansaré, amor mío.

OFF. SALVADOR ALLENDE

"Trabajadores de mi patria... Tengo fe en Chile y en su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que mucho más temprano que tarde, se abrirán de nuevo las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor..."

...Y una mañana todo estaba ardiendo
...y una mañana las hogueras
salían de la tierra devorando seres,
y desde entonces fuego,
pólvora desde entonces
y desde entonces sangre...

Chacales que el chacal rechazaría...
piedras que el cardo seco mordería escupiendo,
víboras que las víboras odiarían...

OFF:
“Santiago de Chile, 23 de Septiembre de 1973: Pablo Neruda ha muerto. Su casa ha sido saqueada y destruida por los fascistas chilenos.”


CANCIÓN.-

Puedo escribir los versos más tristes esta noche,
escribir por ejemplo la noche está estrellada
y tiritan azules los astros a lo lejos...
el viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche...

T  E  L  O  N

Sanlúcar de Barrameda-Bruselas 1995/96

EL PUÑAL DEL VIENTO
“ Elegía a un poeta que no tuvo su muerte ”(Rafael Alberti)
ESCENA  I.- INTRODUCCION
Cante por Romance
En esta noche en que el puñal del viento
acuchilla el cadáver del verano,
yo he visto dibujarse en mi aposento
tu rostro moro, de perfil gitano.

Aquella tarde, cuando después de tantos años, volví a pisar el suelo de España, supe que la única persona que aún podía esperarme era Rafael, Rafael Alberti por supuesto, y hacia su casa dirigí mis pasos.


ESCENA II.- LA MUERTE
Apenas si habíamos tomado asiento en aquella casa tan blanca, como su blanca cabellera, cuando, Rafael, ágil, directo como siempre, me preguntó:
-“Federico, lo primero que se me viene a la memoria es el recuerdo de aquella aún desconocida noche terrible, ¿ Qué sucedió realmente ?.”
-Queda todo ya tan lejano, Rafael, y al mismo tiempo lo siento tan cerca, tan dramáticamente unido a mi, que aún tiemblo al recordarlo.  No sé si debería hablar de ello...En fin, ya que me lo preguntas...



Recuerdo, realmente veo el recuerdo de nosotros cuatro camino de la muerte: de Galadí, el banderillero; del también torero Arcollas y del viejo maestro de Pulianas, Dióscoro Galindo. Jamás podré olvidar la tristeza y la impotencia de sus ojos, fijos en el suelo sucio de aquel camión, pensando que aquel acero sucio, sería el último paisaje que vieran en su vida.
Había caido la noche sobre todos nosotros. Apenas si podíamos soportar su peso negro. El camión caracoleaba entre barrancos como un gato de muerte. Ellos, embutidos en sus uniformes azules-negros, camisa nueva, cara a la luna, seguían bebiendo y cantando. Borrachos como cubas, saludaban una y otra vez , césares necios, a la sangre futura.
De pronto unos árboles. Las luces de los faros iluminan la escena.
-¡ Vamos, abajo cabrones, abajo!
Después solamente recuerdo los disparos.

Cante por Seguiriya:
Dile a la luna que venga
Que no quiero ver mi sangre
Sobre la arena.
No quiero sentir el chorro
Cada vez con menos fuerza.
¿Quién me grita que me asome?
¡ No me digais que la vea!



Temblando, besaba el suelo de Alfacar. Mi llanto, atemorizado como yo, apenas si se atrevía a
salir de mis ojos, pero lentamente se fue mezclando con la clara corriente de la Fuente de Aynadamar, qué ironía, la “ fuente de las lágrimas”.

Alguien se acercó. Sentí sus botas pegadas a mi rostro y morí por un segundo. Tiró bruscamente de mi hombro y me dejó caer de nuevo sobre el suelo madre de Granada.
-  ¡ Vámonos, estos ya tienen lo suyo ¡
Se fueron. Sólo uno volvió hacia mi y una voz desconocida  gritó con odio:
- “ Al poetita le daré un tiro en el culo por maricón”.
-“ ¡ Vámonos ya, Trescastro, que estos ya están aviaos !”.



Se alejaron definitivamente los camiones. Su ruido sordo partía en busca de nueva sangre, la mía iba encharcando el suelo debajo de mi cuerpo. Me arropaba la hierba como una manta líquida, ardiendo, hurgando entre mis huesos.

De pronto, en ese duermevela de la muerte, sentí, no vi, solamente sentí, que alguien tomaba mis manos con cariño, que las acunaba como si de pronto su piel se hubiera convertido en una nana.
Noté que tiraban de mi, despacio, suavemente. Por un momento temí acabar mi agonía en la fosa común y quise gritar:!No estoy muerto! !No estoy muerto!, pero sólo el silencio repetía en el aire mi pensamiento: ¡ No estoy muerto, no estoy muerto!.

Cante por Taranto:
Compadre, quiero morir
decentemente en mi cama
de acero, si puede ser,
y con sábanas de Holanda.
¿No ves la herida que llevo
desde el pecho a la garganta?
Trescientas rosas morenas
lleva mi pechera blanca.

ESCENA III.- LA SOLEDAD



Desperté cuatro o cinco días después, en una casa desconocida de los alrededores de Granada. Me rodeaban caras sin nombre, amables sí, pero silenciosas. A todos, Rafael, nos dominaba el pánico. Nadie me contó qué había pasado, cómo llegué allí.
Sólo me dijeron que para que los enterradores no se dieran cuenta de mi ausencia, alguien había colocado otro cuerpo en mi lugar. Entonces, desgraciadamente, había cadáveres en todas las cunetas, en todas las esquinas, en todos los rincones de España.
Unicamente me dieron papel y serenidad para escribir, pero no podía,  Rafael, había perdido la alegría. Todo se me iba en poemas tristes, que rompía apenas terminados, porque no me gustaba la imagen derrotada de mi mismo.



Nos recordaba reunidos en la casa de Pablo Neruda, en el madrileño barrio de Argüelles, donde la luz de “junio ahogaba flores en tu boca”, ¿te acuerdas, Rafael?.
Generales traidores
Mirad su casa muerta,
Mirad España rota.

Cómo reviví mil  nuestro primer encuentro en la Residencia, en “la resi “...


1924. Abrió la puerta Salvador Dalí, y en el umbral apareciste tu, fino como un torero, y me dijiste:
-“Federico, soy Rafael Alberti, ¿ me conoces?
Me fui hacia ti casi en tromba, te abracé, y mientras golpeaba cariñosamente tu espalda, te dije:
-¿ Cómo no voy a conocerte, primo?. Estuve en la exposición que organizaste en el Ateneo. Además, mira, Albertito le decían a un tío tuyo que vivía en Granada. Ves como sé quién eres y de que familia vienes...
Después, haciéndote un hueco entre los demás, recité especialmente para ti, el último poema que había traido de Granada:


Cante por Malagueñas
Verde que te quiero verde
Verde viento verde rama
El barco sobre la mar
Y el caballo en la montaña
Con la sombra en la cintura
Ella sueña en su baranda
Carne verde, pelo verde,
Con ojos de fría plata.
...las cosas la están mirando
y ella no puede mirarlas.

ESCENA IV.- EL DESTIERRO Y LA ESPERA.
En mi cuerpo, aún joven, todo se había convertido en pasado.
A veces me sorprendí identificándome con esa imagen muda y absorta de Machado, perdida Leonor, no encontrada aún Guiomar, repitiendo ensimismado los versos de este poeta andaluz, arrebatado, enamorado, por Castilla.


Por estos campos de la tierra mía,
bordados de olivares polvorientos,
voy caminando solo,
triste , cansado, pensativo y viejo.

Apenas terminada la guerra, Rafael, fui trasladado a Nueva York. Era necesario, decían, curar definitivamente las heridas...y las curaron. Las de fuera, claro, las del interior tardaron mucho tiempo en cicatrizar y a veces aún sangran
Aquellos ojos míos de 1910
no vieron enterrar a los muertos,
ni la feria de ceniza del que llora por la madrugada,
ni el corazón que tiembla arrinconado como un caballito de mar.
Es verdad. Aquellos ojos míos de 1910, eran muy distintos a los que observaron Nueva York una mañana de 1941 en la que fui dado de alta. En la que pude pasear, aunque con bastón, por los viejos rincones que entonces recorriera huyendo de mi propia guerra.



Por eso, viejo hermoso Walt Witman,
no levanto mi voz
contra el niño que escribe nombre de niña en su almohada,
ni contra el muchacho que se viste de novia
en la oscuridad del ropero.
Este Nueva York, después de lo vivido y visto en España, comenzó a parecerme amable, en el sentido estricto de la palabra amable, es decir: digno de ser amado.


Permanecí allí el tiempo necesario para volver a amar el Jazz. Y al salir a la calle, como entonces, al perderme “ sólo y errante en el ritmo de los inmensos letreros luminosos de Times Square”, al encontrarme de nuevo con los negros, observé, que, como siempre, como entonces, el “ Rey de Harlem seguía arrancando los ojos a los cocodrilos con una cuchara de palo y golpeando el trasero de los monos”.
¡ Ay, Harlem, Harlem, Harlem,
no hay angustia comparable a tus ojos reprimidos,
a tu sangre estremecida dentro de tu eclipse oscuro,
a tu violencia granate, sordomuda en la penumbra.
a tu gran Rey prisionero en su traje de conserje.
Permanecí allí el tiempo necesario para denunciarla, por las mismas razones por las que la denunciara entonces, “ porque vengo del campo y sé que un hombre no es lo más importante”.
Desde allí, buscando mis raices, mi idioma, mi gente,  huí al sur, a mi sur...

Cante por bulería / tango


Empieza el llanto de la guitarra
Se rompen las copas de la madrugada.
Empieza el llanto de la guitarra.
Es inútil callarla.
Es imposible callarla.
Llora monótona, como llora el agua,
Como llora el viento sobre la nevada,
Es imposible callarla.
Llora por cosas lejanas.
Arena del sur caliente que pide camelias blancas
Llora la flecha sin blanco y la tarde sin mañana
Y el primer pájaro herido
sobre la rama.
¡ Oh guitarra,
corazón malherido por cinco espadas!

Nueva York, mis queridos amigos, es un espectáculo frío y cruel.
Un espectáculo de suicidas, de gente histérica y grupos desmayados.
Si te caes serás atropellado y si resbalas arrojarán sobre ti los papeles de la merienda.
Sabeis...
Todos los días se matan en Nueva York
cuatro millones de patos,
cinco millones de cerdos,
diez mil palomas para el gusto de los agonizantes...
un millón de vacas,
un millón de corderos
y dos millones de gallos...
...interminables trenes de leche,
...interminables trenes de sangre,
...terribles alaridos de vacas ateridas cruzan el país.
¡No es el infierno, es la calle!
¡Yo denuncio a la gente
que ignora a la otra mitad!

Afortunadamente ya estoy en el barco que me aleja de la gran urbe aulladora...La Habana surge entre cañaverales y ruido de maracas...y salen los negros con sus ritmos que yo descubro típicos del gran pueblo andaluz...


Cante por Guajira.
Me gusta por la mañana
después del café bebío
pasearme por La Habana
con mi cigarro encendío.

Y cuando siento los aires
cubanos de la bahía,
me acuerdo de los cantares
de mi tierra: Andalucía.

ESCENA V.- EL ADIÓS

¿Quién te traicionó entonces?, me dijiste.
No sé, Rafael...Quizá lo que nos traicionó a todos: La propia historia, la locura colectiva de aquel momento.
¿Personalizar? ¿Buscar culpables después de tanto tiempo, para qué?
¿Ruiz Alonso, Nestares, Valdés? ¿ Alguien próximo a la familia Rosales?. No sé. No podría decirte quién fue, pero sí que cualquiera de ellos pudo haberlo hecho. Olvidemos Rafael lo que no tuvo sentido vivir y lo que menos sentido tiene aún recordar.


La guerra debe acabarse definitivamente. Tenemos la obligación de imponer el silencio y el olvido. Éramos los poetas de la paz y nos han convertido en símbolo de una España rota.

Han sonado, Rafael, mis cinco en punto de la tarde. La hora de cortarme definitivamente la coleta y abandonar este ruedo ibérico que ya no me necesita para nada.

Prométeme que no le dirás a nadie que estoy vivo, que he estado aquí. A este escenario deben subir actores sin mitos, sin leyendas, sin muertes. Como corresponde a una España sin mitos, sin leyendas y sin muertes.

¿Dónde vas a ir?- me preguntaste.
¿Dónde?...A Granada. ¿Dónde voy a ir sino a Granada?


“Quiero dormir una rato, un minuto, un siglo...
pero que “todos” sepan que no he muerto”.

OFF.- (Rafael Alberti)
Has vuelto a mi más viejo y más triste en la dormida
luz de un sueño tranquilo de marzo, polvorientas
de un gris inesperado las sienes y aquel bronce
de olivo, que tu mágica juventud sostenía,
surcado por el signo de los años, lo mismo
que si la vida aquella, que en la vida no tuviste,
la hubieras paso a paso ya vivido en la muerte.

Cante por Romance

Esta noche en que el puñal del viento
acuchilla el cadáver del verano
yo he visto dibujarse en mi aposento
tu rostro moro de perfil gitano...

TELON
Granada 1985





MEMORIAS DE VELADOR
(Sobre textos de Camilo José Cela)


A la granada de Alcubierre
sin cuyo desatino
sería imposible esta memoria.

OFF.-(como una letanía)
Según el uso de Esterlina lo primero es crucificar al gato con clavos de hierro en un leño de olivo, entonces el endemoniado debe decir en voz alta y con los ojos bien abiertos, espíritu perverso, no nome de Xesucristo mándoche que te retires de min e non me atormentes mais, al poseso se le puede atizar con una vara en las piernas, mientras tanto la santa reza el credo y hace la señal de la cruz todas las veces que se precisen y va matando al gato con una aguja de hacer calceta, los pinchazos de la aguja de hacer calceta deben ser lentos para que se note más la muerte...en la olga Roibal se fue a pique el patache portugués Murtosa...El pesquero Gondiez I embarrancó en la torre de Hércules, tres muertos y cuatro desaparecidos...al Serpent lo hundió la galerna y murieron todos menos tres...por Cornualles, Bretaña y Galicia pasa un camino sembrado de cruces y de pepitas de oro que termina en el cielo de los marineros muertos en la mar...


ESCENA 0- PRESENTACION




El organizador de este acto me ha dicho que son ustedes personas doctas, cultas y educadas y que por favor modere mi lenguaje.
-!Coño- le he dicho - utilizaré el español más perfecto y espero que nadie se me moleste!.
De cualquier manera, si hubiera por aquí algún meapilas de esos que se la cogen con papel de fumar, he de advertirle que en algunas escenas de esta obra pasará momentos difíciles. Advertidos quedan. Las quejas después al maestro armero.

He sido invitado a hablar aquí sobre los recuerdos de "mi" guerra civil. Por establecer un orden lógico debo narrarles los hechos sucedidos años antes. Años en los que fui conociendo la existencia de múltiples españas, casi tantas como españoles y en los que se fue forjando la traca del treinta y seis.

ESCENA I.- DE LA INFANCIA DORADA Y LA SINIESTRA ADOLESCENCIA.








Cuando me desperté el tren rodaba ya por las parameras de Tierra de Campos, nadie me vio, pero ante aquel paisaje tan diferente del gallego se me saltaron las lágrimas.
En Galicia... en Iria, en Tuy, en Vigo, se cierran las puertas de mi dorada infancia y se abren las de mi siniestra adolescencia.
En fin... ¿a qué quejarse?. ¡Tampoco fue tan mala!.



De mi adolescencia recuerdo a los Maristas intentando, tras Jesuitas y Escolapios, domarme, sin conseguirlo apenas... mientras que casi sí conseguían matarme de hambre.
En los maristas comíamos garbanzos casi todos los días. Garbanzos que botábamos sobre la mesa del comedor... y algunos llegaban hasta el techo. Las malas lenguas decían que no los cocían del todo, no fuera a ser que al final nos los termináramos comiendo.
Jesuitas, Escolapios y Maristas me expulsaron de sus colegios con notoria injusticia... Pero quizá el peor recuerdo lo guardo de los Escolapios, estos me expulsaron por "indócil". Me explicaré:



El Padre Cirilo, que además de Padre, debía ser algo maricón, porque se pasaba el día palpando a los niños gorditos, yo libraba porque era puro hueso, me preguntó que cual era el cuadrado de nueve. Yo, que no me había dado cuenta de que habíamos pasado de la Geografía a las Matemáticas, en vez de responder noventa y uno, respondí: "El rio Duero". Naturalmente no acerté.
El Padre Cirilo me tiró un libro y no me dio. Yo le tiré un compás y sí le di. Se bajó del estrado y me dio tal sarta de bofetadas que comencé a sangrar por la nariz.
No contento con este maravilloso método pedagógico, me llevó al despacho del Director, el cual, tras recitar aquello de ¡Qué fauna hirsuta, maleducada y ruin! y después de decirme no sé qué sobre unas manzanas podridas y otras sanas, me expulsó, como ya dije, por "indócil".



Recuerdo también especialmente a tres de mis criadas : Florinda, Dorinda y Petra. Las tres me daban aceitunas y patatas fritas y las tres me tocaban el pito... Se ahuecaban el escote para que yo mirara y metiera la mano... Florinda incluso se sacaba una, las dos nunca llegó a sacárselas.
A las tres guardo mucho respeto y estoy muy agradecido, es lo menos que puedo hacer porque la ingratitud es un feo vicio, casi tan feo como la envidia.
...Y Dª Julia... Dª Julia era la mamá de mi amigo Julito. Mandaba a mi amigo a hacer recados y a mi me metía con ella en la cama... la verdad es que lo pasábamos bastante bien; cuando después veía a Julito me remordía la conciencia, tampoco demasiado que nunca es bueno exagerar. Mis visitas a Dª Julia me tenían bastante delgadito y mi madre me decía: “No juegues tanto al fútbol, Camilo José”.

Como pueden ver yo tuve una iniciación sexual muy paulatina y cuerda...a mi siempre me han parecido unos gilipollas esos poetas líricos que arrastran toda la vida el trauma que les produjo el que una tía suya, siendo niños, les enseñara las tetas.



No sé si ya os lo he dicho, el caso es que mis padres, mis hermanos, yo y Juanita Oliveira, de edad y circunstancias civiles desconocidas, pero incorporada al inventario familiar, nos instalamos en la calle de Alcántara números 9 y 11.
Todos los hotelitos de la Calle de Alcántara eran casas de putas. Allí iban militares, abogados, ingenieros, curas vestidos de paisano...
Una tarde me armé de valor y...
-Buenas tardes, Dª Baldomera, ¿Cuánto cuesta joder media hora?
La tal Dª Baldomera me miró de arriba abajo, no me respondió y me dio con la puerta en las narices. No le gustó nada que confundiera su negocio con un puesto de alquiler de bicicletas del Retiro...Este de putas, supe andando el tiempo, es un oficio muy cauteloso y literario.



ESO...eso sucedió más tarde...
Yo me inicié en los arcanos del rijo con una esquinera de la calle del Desengaño, rubia teñida, mas bien metida en carnes y muy perfumada, que me chistó, me enseñó una teta y me catequizó sin el menor esfuerzo. Le llamaban Trini, pero yo le llamé en todo momento : Dª Trinidad.
Me cobró un duro, una peseta por la cama y otra más de propina.
Mientras yo hacía lo que podía, ella calcetaba una bufanda para un hijo suyo, que, según me dijo allí mismo, estudiaba en los salesianos. La lana me hacía cosquillas en la espalda y a punto estuve de estrenarme con un "gatillazo".
-¿Gozas nene?
-Si, si, señora.
-¿Gozas nene?
-Si...si, señora.
La verdad es que debería haber estado más locuaz y expresivo y decirle algo así como “ sí, señora, gozo mucho, yo no sabía que esto era tan bueno y le estoy a usted muy agradecido”, pero ahora ya es tarde para remordimientos y lamentaciones y sólo contesté, como ya he dicho: “sí, señora”.
-¿Gozas?
-Ay.....
-!Anda, ven que te lave con permanganato!.
Esto aconteció cuarenta y ocho horas antes de cumplir yo los catorce años, el día de S. Hermas.



Tras la experiencia con Dª Trinidad me di cuenta de que pasaba la última página de un capítulo de mi vida y que debía continuar bogando a solas en la nave de la historia. ¡joder, qué frase!
Quedaban irremediablemente atrás...
los cochecitos de la Plaza de Oriente...
los globeros, los barquilleros...
los molinillos de papel, los cristobitas,
las bicis del Retiro, el guá, el marro...
y los pantalones cortos...
... ... ...



A mi el 14 de abril, la proclamación de la República me pilló en la Academia Preparatoria de Aduanas que mi padre tenía en la calle Fernanflor 4. Si claro, se llamaba “Academia Cela” ¿Cómo quería usted que se llamara?. Como es natural se suspendieron las clases y nos fuimos hacia la Puerta del Sol.
Por la Calle de Alcalá llevaban a hombros a un cura republicano y en la calle de la Montera una puta enseñaba el coño y vitoreaba al amor libre, mientras una señora le recriminaba diciendo: ¡Por respeto al pueblo soberano, cúbrase usted las partes!.

Mientras todo esto sucedía a nuestro alrededor, mi padre me decía algo tan solemne como que la República no la trajeron los republicanos con su mérito, sino los monárquicos con su torpeza e inepcia.



De esos días hay dos fotografías que me impresionan más que cualquier otra: La de la Reina camino del destierro sentada en una piedra del camino de Galapagar y la del Conde de Romanones más solo que la una, tras despedir a la Reina destronada, sentado en un banco de hierro en la Estación del Escorial.
Tan sólo dos años más tarde la débil democracia republicana quedaría herida de ala y haciendo agua con la masacre de Casas Viejas...
En fin, no adelantemos acontecimientos, que todo debe tener su ritmo y su sensatez.

La verdad es que, dado el ambiente que se vivía en mi barrio, mi primera vocación fue la de chulear mujeres. No pude conseguirlo...al menos sí pude chulear a una cabra, la cabra Petronila, a la que me beneficié durante todo un verano...


pero esa es otra historia que contaré otro día...
Sin tener en cuenta esta mi incipiente vocación mi padre quería, cosa bastante razonable, que yo estudiase algo que me permitiese amarrar un sueldo fijo con el que ganarme la vida...pero a mi sólo me gustaba escribir y leer versos...
-!Pero no ves insensato que si sigues por ese camino, terminarás criando caspa, heredando los trajes de los demás y dando sablazos de a peseta por los cafés...!

Ya era inevitable...Ortega, Baroja, Quevedo, Dovstoievsky, Valle Inclán... me habían inoculado su veneno...
Comencé a asistir como libre oyente a algunas clases en la Facultad de Letras...¿Cómo no recordar a mi amigo y profesor el poeta Pedro Salinas?...y empecé a frecuentar a los poetas de la época...Por aquel entonces Miguel Hernández y Maruja Mallo


se metían mano en la Poveda, bajo el Puente del Henares,  mientras el resto de los poetas les breábamos con boñigas de vaca... y ellos se veían obligados a terminar de amarse en una dehesa que allí había, ya que, a lo que parece, los toros bravos eran más acogedores y menos agresivos que los poetas líricos.

Lorca estrena "Yerma"...
Los mineros de Asturias mueren frente a los guardias...
La gente se enamora con "El Relicario" de Raquel Meller...
Los republicanos convierten en ruinas la República...
Y el pais cae en el más absoluto de los duelos, cuando en Medellín muere Carlos Gardel...



TANGO
Sus ojos se cerraron
y el mundo sigue andando.
Su boca que era mía
ya no la beso más.
Se apagaron los ecos
de su reir sonoro
y es suyo este lamento
que me hace tanto mal
y no tengo el consuelo
de poder llorar.

ESCENA II.- MI “HEROICA” GUERRA CIVIL

Caballeros, ¡salud y buena suerte!
da sus últimas luces mi candil.
Ha colgado la mano de la muerte
papeles en mi torre de marfil.
Regalo al tabernero de la esquina
mi cetro y mi corona de laurel.
Las palmas al balcón de la vecina
y a una máscara loca el oropel

Arranca 1936 con la muerte de Valle Inclán, flor de caballeros galantes.


Aún puedo recordar su último y disparatado esperpento...con el crucifijo volando por los aires, el féretro caido sobre la fosa y los esparcidos restos de D. Ramón iniciando, tan poco descansadamente, su eterno descanso.
Sigue con el asesinato de Calvo Sotelo...

Cayó sobre nosotros el año más enloquecido y turbio de la Historia de España. Y si esto fue así para todos los fue especialmente para los que como yo entonces teníamos veinte años...Los más estafados, los más engañados por uno y por otro bando...A nosotros, cualquiera que fuera nuestro bando, nos tocó perder...
Aquel l8 de Julio, entonces día de San Camilo... !Dios sabe la que se armó!.
Sobre el adoquinado de Madrid comenzó a correr ...
el lagarto de la aventura personal...
el sapo de la delación...
la víbora de la sangre...
y el ave tiñosa de la mugre...
Los españoles comenzamos a matarnos con aplicación, con vileza y sin el menor sentido...
Asesinan a Lorca...Asesinan a José Antonio... Unamuno, el que se hiciera la fimosis a los sesenta y tantos años- !Usted me dirá!- se salva por los pelos.

...Pero la muerte que yo más sentí fue la de Toisha, Toisha Vargas, mi novia.
Con Toisha había yo intentado casarme en varias ocasiones según el rito de mi amigo Ibarra, fundador de la Heredad de Hermanos Mínimos de Zaratustra.
El rito consistía en lo siguiente:
El novio y la novia, de pié, uno frente a otro y desnudos... debían de besarse la frente, los ojos, la nariz, la boca, los pezones, el ombligo, el sexo, las rodillas y los pies...Bien entendido que si el novio daba el más mínimo síntoma de estar cachondo... la ceremonia era invalidada. Por más que lo intentamos...la boda entre Toisha y yo nunca pudo darse por buena.

A Toisha me la mató un obús en el cruce de la Calle de la Madera


con la Calle del Pez. La dejó deshecha... yo creo que ni se enteró...

"Por eso ahora...ahora mismo...
en este mismo instante en que un dolor inmenso
es incapaz de hacerme mover ni un solo dedo,
yo te prometo, oh dulce esposa mía asesinada,
oh, madrecita sin haber parido...oh muerta...
que amargas noches de insomnio o sobresalto
serán incapaces de ahogarme, como a un niño."

En fin...cuando las tropas de Franco se acercaron a Madrid, las cosas comenzaron a ponerse mal para los que como yo, y por circunstancias, vivíamos en el barrio de Salamanca.
Gracias a D. Indalecio Prieto, a la sazón Ministro de la Guerra, y lo que es más importante, amigo de mi padre, conseguí un salvoconducto que me permitía salir de España por razones de salud.

Abandoné Madrid en un Buick


fletado por la embajada británica con el banderín de la Cruz Roja en una aleta y el de la Union Jack en la otra.
-!No se baje! !Por la ventanilla no le sacan, pero si se baja, le dejan muerto en la cuneta!
Esto me dijo don Isaac el chófer, que tenía incontinencia de orina y fue todo el camino meando en una botella con un embudo, y naturalmente le hice caso.
De Madrid a Valencia, donde enbarqué en el Maine con rumbo a Marsella, de allí a Hendaya y desde Hendaya de nuevo a España por Irún.

Al desembarcar, un piernas con las insignias del Cuerpo Jurídico en las solapas, nos iba tomando la filiación. Al llegar mi turno adoptó un aire entre prepotente, zangolotino y cagapoquito y, mientras enarbolaba mi pasaporte, me dijo:
-Su apellido es inglés. ¿Es usted hijo de inglesa?
-!Sangre de tres naciones lleva D. Camilo en los cojones!
Así me hubiera gustado contestarle, pero fuera porque todavía no había escrito este pareado, fuera porque no estaba el horno para semejantes bollos, el caso es que sólo respondí:
-!Salta al vista!
-!Conteste sí o no!
-¿Por qué no se pasó usted antes al bando Nacional?
-Estaba esperando a ver quien ganaba la guerra...
-!Eso es una impertinencia...! Como castigo le envío a Infantería.



Fue así como comenzó mi breve y nada brillante carrera militar en el Regimiento Bailén 24 de Guarnición en Logroño. En el Regimiento me encontré con mi paisano Papiano Grillo Pampin. Mi ángel de la guarda castrense. Grande y fuerte como un oso...el cual, al verme tan delgadito y desvalido, me tomó bajo su protección y me dijo.
-!Mira, Camiliño Josesiño, tu no te dejes "asoballar" por nadie, si alguien se mete contigo tu vas y me lo dices!.
A Papiano le habían encerrado un mes en el calabozo por meter a patadas en el gran perol del rancho a un riojano que se había metido con los gallegos...
-!Así te afuejes, merdento do demo, que te he de escarmentare!
El riojano acabó en el hospital y le dejó la novia, porque decía que no le gustaba la "gallina" cocida.
Con Papiano nadie volvió a meterse y...conmigo, claro está, tampoco.

!Pero todo  esto nada tenía que ver con el Sargento Arraco!.


El Sargento Arraco como era pequeñito tenía que subirse en un cajón para que lo viésemos y aunque tenía voz de grillo uno no se podía reir porque acostumbraba a sacudir estopa...
-Como sois muchos me vais a responder por el segundo apellido ¿Entendido?
-Siiiiiiiiiiiii
-Procedamos...!Juan Abadiano!
-!Presente!
-!Cómo, coño, presente! !El segundo apellido, leche!...!Pascual Alvarez!
-!Presente!
-!Cómo presente! !El segundo apellido, rediós! !A ver si me bajo de aquí y le doy a alguien la primera hostia!...A ver... !Camilo Cela!
-!Trulock!
-¿Cómo?
-Trulock
-¿Es que no sabes hablar, jodido?
-Sí, mi sargento, pero me llamo Trulock.
El Sargento Arraco se bajó del cajón y, como había prometido,  me arreó la anunciada primera hostia, después, ya a otros, repartió varias más, lo que demuestra que además de cumplir sus promesas tenía un cierto sentido de la justicia.

Así de tranquila andaba la cosa cuando el día 25 de octubre, santos mártires Crisanto y Daría, de l937, nos reunieron a toda la tropa en el patio del acuartelamiento y pidieron voluntarios para el frente.
Yo por sacudirme el aburrimiento cuartelero di un paso adelante.
Salimos en cuatro o seis camiones y al amanecer estábamos en la agria Sierra de Alcubierre, allá por el desierto de los Monegros... Apenas si habíamos entrado en combate una granada estalló cerca de mi. Sentí un golpe seco en la nuca. La metralla se me clavó por todo el cuerpo...y mientras vomitaba sangre, escuchaba la voz de Papiano,  cagándose en Dios, porque se creía que me habían matado.


Me llevaron al Hospital de Sangre de Villamayor. El médico, al ver el estado en el que me encontraba, dijo: "A este desgraciado, para lo que va a durar, denle lo mejor que haya por ahí". Yo entresueños repetía: "La metralla que no me la quiten, que es un recuerdo."

Afortunadamente se equivocó el galeno...y veinticinco días más tarde salía yo del Hospital Militar con la declaración de "inútil para todo servicio" bajo el brazo. Me dieron un pase y decidí trasladarme al Padrón.

El tren estuvo parado y echando humo durante dos horas. Ya a la altura de Briones a la señora de un Capitán de la Guardia Civil le dio un “apretón”, se le descompuso el vientre y tuvo que hacer sus necesidades en un periódico. El marido se puso furioso y comenzó a dar órdenes con gritos desaforados:
-!Vuélvanse!
-!No podemos!
-!Obedezcan!
-!A la orden!
A la señora le acometían audibles retortijones. Al fondo se escuchó una voz:
-"!Joder, cómo huele!".
-¿Quién ha sido?¿Quién ha sido el hijo de puta que ha sido?...El que haya sido que lo diga, para hacerle tragar la mierda de mi señora!.
Ante el comprensible silencio, tras tan suculenta oferta, el capitán, con aire arrebatado y marcial, hizo cuatro dobleces al periódico donde se había vaciado su señora y lo arrojó por la ventanilla... !Es decir, intentó arrojarlo por la ventanilla, pero el aire lo llevó sobre la cara de alguien...que, como es natural, no probó ni siquiera, a abrir la boca...!
A lo lejos, en otro vagón, se oía cantar jotas a un soldado ajeno a todo lo que estaba pasando:
El puente tiene tres ojos
yo tengo dos solamente
pero si cuento el del culo
tengo los mismos que el puente.



Para reponerme del rancho cuartelero y de mi diagnosticada tuberculosis, antes de ir hacia Galicia, permanecí unos días en León en casa de mi tío Pío y de mi tía Concha.
Mi tío, con buen criterio, me residenció en la Fonda de Ricardo, donde comí, mejor, devoré como jamás volví a hacerlo en mi vida...y !bien sabe Dios que no puedo quejarme!.
Desayuno:
Tres huevos fritos con panceta, morcilla o chorizo.
Un plato sopero de papas de harina de maiz con un dedo de azúcar por encima.
Dos tazones de café con leche: Uno para migar tostadas de pan de mollete y otro para secarle quince o veinte galletas de María Artiach.
Dos manzanas y un plátano.
Almuerzo:
Un plato de sopa de fideos o macarrones.
Un plato de lentejas con arroz, con generosos tropezones de jamón, oreja, morro y torreznos.
Dos libras de carne roja, poco hecha, con una sopera de patatas fritas.
Todo ello acompañado de una hogaza de pan candeal y dos vasos de vino del Bierzo.
Después una siesta de las conocidas como de pijama, padrenuestro y orinal.
Merienda:
Un bollo de pan con carne de membrillo y una copa de Jerez, Pedro Ximénez.
Cena:
Un plato de pescado y un cuenco de leche espesa, con mucha nata, capaz de levantar a un muerto.
Cuando me iba a dormir me acordaba del hambre que pasaban mis padres en Madrid y me remordía un poco la conciencia.
....   ...
Yo me sentía Intelectualmente de izquierdas...esto no se podía decir en zona nacional.
Socialmente conservador...esto no se podía decir en zona roja.
Políticamente liberal...esto no se podía decir en ningún lado.
A estas alturas de mi vida...creo que en cada uno de los bandos de la guerra civil, medio centenar de locos puso en danza a dos millares de aventureros y entre todos acojonaron a 28 millones de españoles.
El  capellán castrense D. Nicanor Miajadas aseguraba que a los rojos, que iban a ser fusilados, no se les debía confesar para que fueran directamente al Infierno. !Hay que ser bestia!

En fin...mi vida se desarrollaba en La Coruña de la forma más placentera y menos heroica posible: Piragua por la mañana...chapó en el Sporting por la tarde...y palpamiento de gordas por la noche, a veces, en la acreditada casa de La Mediateta, y otras, las más, en la casa de La Milocha que era más discreta.
Una mañana, con el firme convencimiento de que hacía lo que debía y sin decirle nada a nadie, me llegué hasta la Caja de Reclutas de la Coruña. Me recibió un oficial chusquero, el Capitán Ochoa.:
-!Ya tenía ganas de echarte la vista encima, so mamón!!A ti te voy a sentar yo las costuras por prófugo!.
...Afortunadamente todo quedó en un susto...



No por ello le guardo rencor a este sufrido estamento militar, es más, años más tarde incluí en mi Diccionario Secreto unos hermosos versos, como homenaje a estos oficiales chusqueros:

Un Teniente de la Escala de Reserva
con la polla abría latas de conservas.
El Sargento de un Tabor de Regulares
con la picha hacía juegos malabares...
El Capitán de la misma Compañía...
!Por más que lo intentaba no podía!.
Moraleja: En cuestión de cojones,
la Milicia no admite graduaciones.

Quizá el mejor recuerdo de esta mi corta carrera militar sea el de la Nochebuena del año 38 en el pueblecito de Gallur.
Nos dieron un rancho extraordinario. Nos emborrachamos y comenzamos a cantar jotas variadas.
Alfonso Egea cantó una especialmente tierna para su novia:
Mientras tu estás en la cama
con las teticas calientes,
yo estoy bajo tu ventana
con la chorra hasta los dientes.
La Novia se llamaba Pilar Bárboles...¿Cómo dice usted? ¿Que si estaba buena? Estaba como un tren...pero al final se casó con otro.
Bien a lo que íbamos. Contagiado por tan enhiesto canto de amor, Leoncio Aguilar "El Novillo", le cantó otra a su novia "La Virtudes":
Quisiera del gallo el canto,
y del burro el instrumento,
para metértelo dentro
en el día de tu santo.
Después le tocó el turno a Serafín:
Siempre que me encuentro un pelo
me pongo a considerar,
si será de la cabeza
o de qué coño será.



Así prácticamente cantó toda la compañía y cuando estábamos ya aburridos de tanto cante y de tanta jota, apareció por allí el Cardenal Benavides diciendo que "quería escuchar unas joticas".
El Coronel hizo llamar a Marcelino "El Bizco" y le ordenó que cantara para el Cardenal. A las dos horas largas, sudando, con la garganta seca de tanto cantar jotas, Marcelino quiso retirarse, pero el Cardenal insistió:
-Cante un poco más buen hombre, que me produce un honesto solaz escucharla voz de este noble pueblo.
Harto y desesperado Marcelino improvisó:
El monte cría conejos
y la ladera da vides
y que se vaya a hacer hostias
el Cardenal Benavides.
Fue mano de santo, corrido y avergonzado, el Cardenal se fue con viento fresco.

!No, por favor!, !No me tache usted de anticlerical...No soy tan vulgar. Para demostrárselo le citaré dos oraciones que me enseñó un carlista en la Sierra de la Meseguera.
La primera es un antídoto eficaz contra la escurribunda del vientre:

San Ciriaco bendito
arréglame el insurrecto.
Cagar bien te solicito
por la paz de los muertos.

La segunda es contra todo tipo de dolores:
San Jodenciato
los huevos te ato.
!Quítame el dolor,
te lo pido con fervor!
!Si no me lo quitas...
no te los desato!


ESCENA III.- DE LA TURBIA POSTGUERRA



Febrero de l939.
Dimite Azaña.
Muere Machado abandonado y solo en Collioure,
Martínez Barrio asume la Presidencia de una casi ya inexistente República.
...Y yo soy enviado al frente de Levante. ¡También son ganas de joder! ¿Qué pintaría yo en el frente de levante?

La guerra comenzaba a ser aburrida, sobretodo porque el enemigo estaba ya bastante desinflado y en las guerras, cuando uno comienza a aburrirse...lo mejor que puede hacer es irse. En las guerras no hay sitio para los hastíos, ni las desilusiones, porque son la antesala de la muerte sin pena ni gloria.
El día de San Juán Damasceno amaneció raro y lluvioso. Yo me subí al árbol que nos servía como observatorio y me pegué un susto tremendo, porque en las líneas enemigas bullía un auténtico hervidero...miles de hombres avanzaban por los senderos.
Al ver mi cara de espanto, preguntó  Modesto:
-¿Qué carallo pasa,  Camiliño?
-Yo no sé, pero o la guerra ha terminado o ahí enfrente está media Europa y vamos a salir todos huyendo al grito de "maricón el último".



EN EL DIA DE HOY, CAUTIVO Y DESARMADO EL EJERCITO ROJO, HAN CONSEGUIDO LAS TROPAS NACIONALES SUS ÚLTIMOS OBJETIVOS MILITARES.
!LA GUERRA HA TERMINADO.

Efectivamente la guerra había terminado.
Como pude volví a Madrid.
Calle de Claudio Coello 91...la casa de mis padres.
Subí las escaleras de dos en dos...llamé a la puerta...me abrió el ama...abracé a mis padres, esqueléticos, pero radiantes...y a mis hermanos.

Afortunadamente, gracias a Dios, en mi familia no hubo ningún muerto.

Madrid, después de la guerra, estaba jolgorioso y turbio.
Los madrileños, cuando saludaban brazo en alto, lo miraban con disimulo no fuera a hacer el diablo que sin darse cuenta tuvieran el puño cerrado.
Los milicianos deambulaban sin rumbo por las calles de Madrid. El pueblo de cada cual no era un buen destino...no es bueno alimentar el ámbito de la venganza... eso fue lo que le costó la vida a Miguel Hernández.



Es posible que para mi, como para muchos españoles, los años 4O y 41, hayan sido los más amargos de mi vida, quizá fuera mejor decir "los menos felices", ya que estaba vivo y el sólo hecho de estarlo compensa con creces todos los sinsabores.
-¿Y todas las zancadillas?
-También.
-¿Y todas las cabronadas?
-Si, si, ya le digo, también todas las cabronadas.

De todas formas, como suele suceder...lentamente se fue imponiendo el tiempo, y así el día de los santos Eustaquio y Teopista de l941, el Jefe del Sindicato Nacional Textil, D. Pedro Gual Villalbí, me nombró Oficial de Segunda  y Jefe de Archivos, cargos que compatibilizaba con el de censor interino de revistas  en la Delegación Nacional de Prensa, que de alguna forma había que matar el hambre.
En la cocina del piso que nos servía como oficina, en la Calle Princesa 14-duplicado, escribí "La familia de Pascual Duarte", la historia de mi pobre títere de Torremejía...



"Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo. Los mismos cueros tenemos todos los mortales al nacer, y, sin embargo, cuando vamos creciendo, el destino se complace en variarnos, como si fuéramos de cera, y en destinarnos por sendas diferentes, al mismo fin: La muerte."

Mientras yo escribía estas palabras, mi secretaria se escapaba por las escaleras de servicio, para ir a "pasear" con su novio...
Mujer que al andar culea,
y al mirar sus ojos mece,
yo no digo que lo sea...
pero sí, que lo parece.

El peregrinaje por todas las editoriales con mis cuartillas debajo del brazo fue tan cansado, como desmoralizador... No me dieron con la puerta en las narices en ningún lado, esa es la verdad, pero me dijeron NO en tres sitios:
-En la Revista de Occidente porque "el tema es terrible y chocaría con la censura".
-En Afrodisio Aguado: "Le va a ser difícil publicar su novela, pero usted es joven y puede cambiar de oficio."
-En Ediciones Cigüeña, cuya propietaria Fermina Bonilla me dijo: "No nos engañemos, joven, de su novela no se venderían más de diez o doce ejemplares."
Sólo por llevarle la contraria y por recordarle tan lamentable pérdida para su negocio, debo decirle con todo respeto, Dª Fermina, que en el cincuentenario de mi “impublicable” novela estaban catalogadas l68 ediciones en 34 idiomas y que a estas alturas ya habrá muchas más...
Por fin con el apoyo de D. José María de Cossío, mi novela salió a la calle en la Editorial Aldecoa de Burgos, con una tirada de l.5OO ejemplares.
Recuerdo también, que le había pedido a D. Pio Baroja que me hiciera el prólogo...: "¿El prólogo?- me dijo tras leerla- ¡Mire, joven, si quiere ir a la carcel...vaya solo!."



Mientras todo esto sucedía, el pais iba recuperando el resuello al trote optimista de "La Jaca" de Estrellita Castro...
!Mi jaca,
galopa y corta el viento,
cuando pasa por el Puerto
caminito de Jerez...!

¿Me permiten ustedes un paréntesis curioso? Es que viene al grano. Un día la madre de Estrellita Castro se encontró con Jacinto Benavente y le dijo:
-Maestro, yo tengo un hijo como usted.
-¿Escritor, señora?
-No, no señor...maricón.

EPILOGO

En fin... ¿a qué cansarles?

Si la arterioesclerosis no me atasca los canalitos del cerebro y si el candil de mi vida no me lo apaga la muerte con su pedo avasallador e indigno...yo les prometo historiar la segunda parte de mi larga existencia...a la que llamaré “Turno de réplica”. !y ustedes que lo vean!

Como resumen decirles que cada época histórica sufre los oportunos y precisos hijos de puta... !Ni uno más, ni uno menos!.

Señoras, señores, muchas gracias por su atención y buenas noches,



OFF.-
No mates a nadie con la ley en la mano y menos aún con la razón, la muerte no elige la víctima, cualquiera sirve, no debes ser vengativo, ni matar a quien te humilló, tu no mates a nadie con la ley en la mano y menos aún con la razón, jamás hay razón o sinrazón para la muerte...En fin...mi padre se llama como yo y yo me llamo como mi hijo, mi abuelo se llamó como se llama mi padre y mi nieto se llamará probablemente como nos llamamos todos...aunque deben saber que mi nombre completo fue el de Camilo José Manuel Juan Ramón Francisco Jerónimo..

sanlucar-guadalajara, diciembre de l993

Esta obra fue estrenada por el autor en forma de monólogo,
con la asistencia técnica de Lili Ogazón,
en la Casa de Galicia de Madrid, el 29 de Septiembre de 1994,
en presencia de D. Camilo J. Cela y de su esposa  D° Marina Castaño.

Camilo José Cela, Marqués de Iria Flavia,
murió a las siete de la mañana del día 17 de enero de 2002,
día de San Antonio Abad,
siendo enterrado en su tierra natal.


EL COCIDO  DE LOS JUEVES
(Sobre textos de Francisco Umbral)


ESCENA I.- INTRODUCCIÓN
El bisabuelo, D. Martín Martínez, tenía destrozado el piso de cuatro calles de la ciudad con los cascos de su caballo: "Sirio".
-Mire usted, D. Martín Martínez, le decía el Alcalde, yo no le digo que vaya usted a sus fincas andando, pero cuando llegue al centro urbano le ruego que se baje del caballo.
- ! Con lo que usted me roba en nombre de Cánovas o Sagasta, que para el caso es lo mismo, tiene suficiente para adoquinar toda la ciudad !
...   ...



En casa del bisabuelo todos los jueves tocaba cocido, como está mandado, y a él invitaba a todos los personajes más ilustres... daba lo mismo que fuera un liberal o un dictador.
En eso comprendí que el abuelo era un frívolo.
Años más tarde  vi que yo salía a él, lo cual me consternó, pero me gustó.
...   ...
Sí, ya sé que he venido a hablarles de la postguerra, pero permítanme que les ponga un poco en situación y por favor no empujen, que para todo hay tiempo.
...Veamos... érase una vez... o sea.

ESCENA II.-TIEMPOS DE INFANCIA Y OBSERVACIÓN.



Un tal Pablo Picasso andaba por la ciudad haciendo retratos a las señoritas que se dejaban: La Tia Algadefina se dejó y la sacó en bolas.
Cuando el Bisabuelo, D. Martín Martínez, vio el desnudo de Tía Algadefina en un escaparate de la Puerta del Sol, dijo que le gustaba que su biznieta estuviera tan buena. Cuando el Abuelo Cayo vio el retrato, dijo que toda la familia estaba condenada y se recluyó en su habitación con higos secos, varias botellas de vino de Rioseco y...el Kempis.

Pasados los primeros espantos Tía Algadefina presentó al joven Pablo a su grupo de amigas. Picasso se empeño en pintar a una de ellas: Sasé Caravaggio.
-En su culo, Sasé, está el origen del cubismo.
-¿Y qué es el Cubismo, Pablo?
-¿Y tú me lo preguntas?....El cubismo eres tu.
El que no estaba de acuerdo con esta definición era el novio de Sasé, un empleado del catastro que al enterarse se colgó de una viga en la pensión de la calle de la Madera donde vivía. Las dueñas de la casa de huéspedes estaban acostumbradas a que se colgasen a uno por mes.
-Lo que más sentimos, declararon, es que iba a sacar las oposiciones.
Un mechón pajizo le caía al ahorcado sobre media cara con cierta gracia. La verdad es que era un ahorcado muy presentable.
Al día siguiente Picasso comenzó a pintar el primer retrato cubista de la Historia. Le puso a Sasé muchas más tetas de las que habitualmente tenía, confundiendo nalga con carrillo y boca con coño.



La Tia Algadefina pidió explicaciones a Picasso:
-Pero...¿Le estás pintando el culo a esa gorda?
-El culo  y la cara.
-Creí que para culos tenías bastante con el mío.
-Lo tuyo es otra cosa. Lo tuyo es el stradivarius de los culos.
-!Stradivarius! !Stradivarius!...Pues no volverás tú a tocar este violín.

Y así acabaron las cosas. Tía Algadefina comenzó a salir con Rubén Darío. Un indio feo, diplomático, meloso y borracho.


Rubén vivía en el Hotel París, junto a la Puerta del Sol. Cuando se ponía su uniforme de Embajador estaba impresionante en su fealdad, pero a medianoche andaba descalzo por la calle del Arenal, recitando en francés versos a la luna y declarándole su amor a Tía Algadefina, con la que se emborrachaba en una cervecería de la calle Hileras.
Mientras paseaba con él por el Retiro, Tía Algadefina, principió a comprender que estaba en un cambio de época, en un cambio de siglo. El modernismo la estaba haciendo mujer y quiso escapar a los rosarios en familia, a las revistas decentes, los novios para toda la vida y las tardes de mirador. Rubén, como decía Tía Algadefina, era un "revolucionario de la poesía y de la vida".
Pero a Rubén le trasladaron a París y a Tía Algadefina le dejó un mazo de cartas y versos, que ella conservó hasta la muerte. Ya en París fue devorado por el alcohol. El se lo había dicho a Tía Algadefina: "Hay poetas secos y poetas húmedos...Yo soy un poeta húmedo".


...Cuando se fue, mi tía enfermó de vulgaridad, aburrimiento, pena y soledad. En fin, que decidió ponerse tísica.
¿A qué otro hombre se puede amar después de haber amado a Rubén?  
"Señora, amor es violento
y, cuando nos trasfigura,
nos enciende el pensamiento
de locura."

Tía Algadefina siempre estaba invitada en los bailes del Palacio Real y un día hasta bailó con el Rey. Todas las mujeres de ese matriarcado en el que me crié habían salido un poco ligeras y afrancesadas, muy dadas al cancán y al anís.
-Dicen que el Rey seduce la las modistillas.
-Y a las chalequeras.
-Y a las pantaloneras.
-¿Por qué nos discrimina a la gente bien?



Al bisabuelo D. Martín Martínez, republicanote viejo, le hacía gracia que su biznieta bailara con el Rey. Al Abuelo Cayo y a la Abuela Eloisa aquello le parecía el final de la familia y de la religión, tras decir esto se metían a beber tinto peleón en la despensa.

...Un día en plena crisis tísica de Tía Algadefina, apareció de nuevo en casa Picasso:
-Ustedes disculpen mis ausencias, pero ando de huelga general y...aprovechando que nadie trabaja, nosotros vamos a trabajar.
Así que nos fuimos al Jarama de merienda y baño. Mientras mis tías y primas se mojaban el culo, él hizo un retrato colectivo.
-¿Y cómo lo va usted a titular, Pablo?
-Las Señoritas de Aviñón.


-¿Por qué?
-No lo sé...Pero en el arte hay que jugar, putrefaccionar, confusionar..
-!Es una vergüenza!...Ese gitano paragüero las ha pintado desnudas...!Una vergüenza! !No hay derecho!.

OFF: Suena un charlestón
Si el charlestón vino a desconyuntar un época... Miguel Primo de Rivera vino a descoyuntar a D. Miguel de Unamuno.


D. Miguel y Primo coincidieron en algunos cocidos de los jueves.
- General, usted acabará exiliándome de España.
- !Por favor, D. Miguel, una gloria nacional, un hombre de su prosa!
- !Ustedes los militares, con perdón de las señoras, se pasan la prosa por los cojones!
- !Vaya... vaya!...Eso lo va a repensar usted en Fuerteventura.
!Claro que lo repensó!
Cuando Unamuno volvió del destierro canario, a la caida de Primo, nos dijo:
- Lo que España necesita es un Bismark con mano de hierro.
- Pero, decía el bisabuelo, usted predica la dictadura.
- España, como Rusia, precisa una dictadura. sí señor. Cuando se haya matado el hambre jugaremos a la democracia.
... ... ...
D. Miguel Primo de Rivera era viudo, cuartelero y cachondo. En el cocido de los jueves se fijó en la belleza dibujada e irónica de Tía Algadefina.
-¿Quiere usted, le dijo D. Miguel, trabajar en mi secretaría particular?
- Soy biznieta de D. Martín Martínez, mi abuelo es liberal y yo no me pongo al servicio de ningún dictador.
- Accederá al menos a venir conmigo a las verbenas de mi amado Madrid.
- !Iré por las verbenas, no por usted!
Pues sí. Tía Algadefina pensó que podía tener un tonteo con aquel señor que mandaba en España...

(OFF: Suena un chotis en un organillo)


En las verbenas castizas del barrio de Lavapiés, del Rastro, de la Cava...el dueño de España y mi tía bailaban el chotis. En el Retiro tiraban al blanco y Tía Algadefina siempre ganaba la botellita de anís:
-Tira usted muy bien al blanco, señorita. Estoy por alistarla en lo de Alhucemas.
- Sólo que yo estaría de parte de los moros...
-!Eso no se le puede decir al hombre que rige los destinos de España!
-!Pues no vuelva usted a invitarme!
...En fin, Tía Algadefina, se cansó pronto del galanteo macho de D. Miguel.

OFF.-Vuelve a sonar el chotis organillero



También venía al cocido de los jueves la Condesa de Pardo Bazán.
- ¿Pero qué hace usted D. Martín con esa aristócrata vieja y fea?
- Cuando se quita la dentadura postiza, no crean ustedes, me las hace muy bien.
Yo no entendía la frase, pero me daba bastante asco, no sé por qué.
Otro día oí en el Ateneo a Blasco Ibáñez diciendo que a la Pardo Bazán se le estaba poniendo el bigote amarillos de comerle el coño a una cómica famosa.
Yo no entendía como los mayores eran tan guarros, aunque yo mismo, cuando me apretaban las ganas, en vez de hacerme una gayola, me beneficiaba a mi cabra Penélope. Ya entonces iba siendo un niño raro: estaba enamorado de mi tía Algadefina y era amante de una cabra.
En fin que Dª Emilia era aristócrata, intelectuala y directamente fea.
-Me gusta lo que hace, le dijo un día mamá, pero la juventud estamos con Rubén.
-Rubén no es mas que un esteta aristocratizante...
-!Usted es aristócrata, Dª Emilia!
-Si usted se pone insolente mejor que lo dejemos. !El Modernismo es pura decoración!.
-No lo creo. Rubén renueva la vieja Literatura Española.
-¡Vieja, vieja! ¿Soy yo vieja acaso?¿Acaso soy yo vieja?
A Dª Emilia le dio una alferecía y dio por terminados cocido y tertulia.
...   ...



Al bisabuelo le tenían pedido todas las pájaras de la familia que invitara al cocido de los jueves a D. Ramón del Valle Inclán.
- Esto no es una invitación, dijo no más entrar el manco del espanto, sino una obra de caridad, porque yo no como sino muy de tarde en tarde.
- ¿Querrá usted decir que no come cocido?
- !Quiero decir, señoras, que no como absolutamente nada!
Un día coincidió Valle en casa con Unamuno.
- Lamento, dijo Unamuno, que desperdicie usted su talento, Valle.
-Soy el escritor que más lo aprovecha de España...
-Es usted un inmoral, Valle.
-Gracias a Dios.
-Además hace sólo frases.
-La verdad se acuña en frases, D. Miguel.
-¿Por qué no lo aplica usted a algo espiritual?
-!Soy más católico que usted!
-Su catolicismo es pura estética, Valle...Yo difundo verdades...
-Y yo mentiras, que es mucho más divertido.
-Su cinismo está pasado.
-El cinismo, D. Miguel, no pasará nunca, porque viene de los perros y de los griegos...Y yo soy un cínico callejero de la Puerta del Sol.

!Ay, Valle, el dandismo desplumado de los malditos y la dignidad aventajada de los hidalgos...!

En los cocidos de los jueves fui yo diferenciando los grandes españoles en hidalgos y señorucos.
Eran Hidalgos: Mi bisabuelo, Unamuno, Rubén e incluso D. Miguel Primo.
Eran Señorucos: Galdós, Baroja y Azorín.
-¿Y Picasso?
- Picasso era un gitano paragüero y genial.
- ¿Y Valle?
- Valle Inclán era también un genial hidalgo.

Los gobiernos de Primo de Rivera se suceden, D. Alfonso XIII se pierde tras un farallón de militares, Pablo Iglesias


convoca a las masas y hasta D. Antonio Machado va a escucharle, Tía Micaela se abarragana con un primo lejano llamado Luis Gonzaga que, tras rezar tres avemarías, le rebana el cuello en una fria pensión de Palencia, la prima Maena comida por el juego verde del  Casino se pega un tiro con una pistolita de plata en la Puerta del Sol y yo me visto de hombre por primera vez justo cuando Buñuel filma “El perro andaluz”, Valle profetiza que los Borbones están al caer y Carlos Gardel trae a España el tango porteño y canalla.
OFF: Suena un tango, Garufa, tal vez.

ESCENA III.-INTERMEDIO. LA REPUBLICA Y  LA GUERRA.

(OFF: Suenan tenues las notas del Himno de Riego y sobre ellas...)



Tras las elecciones municipales del año 31, el Rey se retiró elegantemente y el bisabuelo descubrió que no era republicano.
Sin embargo a mi eso de la República me ayudó bastante. Yo, con mis pantalones bombachos, comencé a animarme... Por fin le metí mano en los cines a Sasé Caravaggio, disfrutando así de sus abundancias cubistas. Yo comprendí el arte de Picasso a través del coño de Sasé Caravaggio... Pero mi alma seguía siendo un rehén incestuoso de Tia Algadefina.

La prima Maria Eugenia, por su parte, en la clausura de las Bernardas, hizo amores con la Priora y tuvieron amores de celda que fueron un tormento y unas comida de coño que fueron una orificería. Desgraciadamente la Priora murió de una sobredosis de licor de pera e hicieron Priora a una monja vieja que ignoraba el sexo. El nuevo amor de Maria Eugenia fue el capellán de las Bernardas, D. Marcelino, un castellano recio, grande y miope. Yo iba comprendiendo, niño como era, que en los conventos de clausura había más pasión que en la Gran Vía, siempre con las mismas putas y los mismos poetas. A María Eugenia íbamos a visitarla los domingos y nos dijo que “ venía la República y que iban a disolver las congregaciones religiosas”.

Cuando los milicianos empezaron a quemar conventos


fuimos a salvar a Maria Eugenia de la quema. D. Martín se puso al pescante del simón de la casa y al grito de “ Soy republicano, soy de Azaña, soy liberal” nos abrieron paso hasta las puertas del convento. Maria Eugenia salió de paisano. D. Marcelino, el capellán, quiso sumarse a la mudanza, pero D. Martín le rechazó con un golpe de bota: “Anda ahí, dijo D. Martín, que se joda el capellán que se las habrá fornicado a todas”

La República era una cosa popular, churrera y bonancible hasta que empezó a agriarse. Yo la vivía contento de que España fuese el Reino de las putas, las marquesas rojas y los escritores maricones. Pero el error de Azaña fue traer un programa europeo a un pais africano. Encarceló a March y March dio a Franco un cheque en blanco para su Alzamiento: March había encontrado su militar y Franco había encontrado su banquero.


Mi bisabuelo se murió a tiempo. Seis caballos negros llenaron de honra y mierda la cabalgata hasta el cementerio, donde reposó junto al cuerpo de mi propio padre, un soldado de Galán y García Hernández.
Tras el entierro mi prima Maria Luisa que ejercía de puta en una pensión de la calle Jacometrezzo y me dijo:
-Yo fui amante del bisabuelo, ahora lo quiero ser del biznieto.
Con la muerte de mi bisabuelo se acabaron los cocidos de los jueves y yo tuve que apañármelas en solitario para conseguir garbanzos y conocimientos.
... ... ...
De mi infancia quedaban cada vez más lejos mis niñas/coliflor:
Clarita, a la que recuerdo jugando a las tabas durante los bombardeos.
Amalita, de la que recuerdo su tortuga de oro y sus braguitas malva.
Teresita, de la que hablaré más adelante.
Agustinito, a quien se le aparecía Pio XII,


cuando iba a mear al corral, para decirle:"Ni un rojo en tu santa ciudad, ni un rojo en tu santa provincia".
Y a Davidito, con el que iba los domingos a magrear criadas: "Francesillo, me decía Mª de la Plata, eres más cachondo que la música de los caballitos".
Por lo demás yo seguía fornicando con mi cabra Penélope, (debía ser esta una costumbre muy extendida entre los escritores pues, según he sabido, también Cela tenía su cabra...) con mi prima Mª Luisa, que, como ya he dicho, trabajaba de puta en “Chicote”, y dedicando los domingos a Tía Algadefina...
-Ya sólo te veo una vez por semana, Francesillo.
Tia Algadefina acercó mi cabeza a la suya y me besó en la boca.
... ... ...
Ya en la Guerra pasó por la ciudad Millán Astray.


Le faltaba un ojo, un brazo y... le sobraba media España.
Millán llegó a la ciudad cuando yo acababa de llegar a la pubertad.
-Si quieres, me dijo, te firmo una fotografía.
Por la tarde se lo dije a Teresita Rodríguez:
-Que he conocido al General Millán Astray y lleva grabado en el pecho un Corazón de Jesús.
-¿Y más abajo?
-¿Más abajo?
-Sí, insistió Teresita, dicen que los moros le volaron un huevo y que es ciclán.
-¿Ciclán?
-...o sea que le falta un testículo.¿Y tu vas para escritor? !Pues vaya diccionario que tienes!
-¿A mi me falta un testículo, Teresita?
-Tienes dos, Francesillo...¿No esperarías tener cinco?
Teresita Rodríguez se casaría después con un Cadete de Caballería. Gracias a eso, gracias a los Cadetes, somos libres.
... ... ...
Un día de primavera me senté frente a la tisis bella de Tía Algadefina:
-¿Cómo ha podido Unamuno venderse a Franco, Tía?
-No se ha vendido, Francesillo, se ha entregado. Venderse es más noble.
-¿Más noble?
-Venderse es de grandes traidores. Entregarse de pobres meretrices.
-¿Y Valle, Tía?
-El mayor y mejor escritor de España,  Francesillo...!Anda, léeme una sonata, que tienes buena voz como tu padre!.



"Hoy, marchitas ya las juveniles flores y moribundos todos los entusiasmos, divierto penas y desengaños comentando las Memorias amables, que empezó a escribir en la emigración mi noble tio el Marqués de Bradomín, que, como yo, era feo, católico y sentimental."
Al concluir miré a Tía Algadefina. La besé en los labios...fríos.  Estaba muerta. Había perdido mi amor, mi guía, mi norte y mi verdad. Me sentí absurdamente traicionado.
De su piano, como tantas veces durante la guerra, nació cálido un charlestón.
(Off:Suena un charlestón)

ESCENA IV.-LA POSTGUERRA

!Hitler...le había dicho a Guillermina de Holanda, que, abriendo sus canales, le inundaría las partes...bajas!

Los señores del Casino habían dicho que ganarían la guerra...y efectivamente la ganaron, pero...la paz no fue mejor que la guerra. En la postguerra empezamos a pasar frío, hambre...Teníamos que ir a la cola del pan, de la leche, de los huevos...a todas las colas donde nos mandaban nuestras madres.

Era tal la escasez de bienes de consumo, que la oferta de uno de ellos, podía considerarse como una declaración de amor en toda regla:

Yo te daré,
te daré niña hermosa,
te daré una cosa...
una cosa que yo sólo sé.
¡ Café ¡
o también aquello de
El que tenga un jamón
que lo cuide, que lo cuide,
no sea que venga Abastos
y lo requise y lo requise.
... ...  ...

A Federico García Lorca lo habían matado en Granada, pero Granada estaba muy lejos y nosotros no conocíamos a Federico. Nosotros conocíamos Burgos, Salamanca, Valladolid. También los "Poemas de la Falange Eterna" de Federico Urrutia, y el "Blanco y Negro".
Para mi el recuerdo de la Postguerra es el de un largo invierno de varios años... sin duda debió de nevar mucho.


... ... ....
Sí, el hambre se saciaba con canciones. La hambruna creaba sueños musicales como...
Tengo una vaca lechera
no es una vaca cualquiera.
Me da leche condensada
!Ay, qué vaca tan salada!
Tolón, tolón.
Pero si el hambre no se saciaba con canciones, para eso estaba el Estraperlo. El estraperlo era el deporte nacional. A los españoles, de pronto, nos salió esa cosa de estraperlistas que tenemos todos desde los tiempos de Luis Candelas. Cruzaban el país largos trenes repletos de mujeres con senos de legumbres, vientres de café-café, caderas de pan blanco... y había un punto en el viaje en que se echaban las cosas a voleo por las ventanillas y, de entre los árboles, salían unos hombres oscuros para recogerlo todo.


¡Qué trasiego de comida y ropa!
El estraperlo se nutría incluso con los artículos confiscados en Abastos. Era una concepción del mundo, una manera de estar en la existencia...Los Magistrados, los cirujanos, los aparejadores...todo el mundo en fin, afilaba sus artes, para conseguir un poco de azúcar o un cuarto de jamón.
A pesar de todo iba renaciendo un cierto optimismo en el país. La gente empezaba a sacar carbón de las minas de Asturias, sin huelgas ya, y en las noches del sábado los matrimonios salían a bailar eso de...

Arriba con el tirurirurí,
abajo con el tiruriruriero...

...y los que podían volvían a veranear pacatamente y a descubrir el eterno amor en los litorales...


"El vino en un barco
de nombre extranjero
lo encontré en el puerto
al atardecer...
Cuando el blanco faro
sobre los veleros
su beso de plata
dejaba caer...
Era hermoso y rubio como la cerveza,
su pecho tatuado con un corazón...
y en su voz amarga había la tristeza
doliente y cansada del acordeón...
...   ...   ...

Si la guerra había dado madrinas, la postguerra dió  “queridas”.
Sí, la querida era una cosa de postguerra. Un producto típico de los cuarenta, como la escasez y el estraperlo. Una señorita, mas o menos bien, a quien el papá se le había quedado en el frente o huido para siempre con la coartada de la guerra... Lo cierto es que la madre y la hija se quedaban solas en un piso enorme, con las cuatro cosas que habían conseguido salvar de la guerra... Enviaban a los hijos pequeños a los frailes: ”¿Dónde van a estar mejor?”... y ellas cogían huéspedes estables: " Búscase caballero estable, casa formal, buena cocina, agua caliente tres días por semana". La niña se ponía de "querida" con un señor de traje marrón, a ser posible con mano en abastos.


-A ustedes es que no les falta de nada, decían las vecinas con cierto retintín.
-Dios, nos ha ayudado mucho.
La querida, en fin, era una señorita ligeramente prostituida que no había perdido, ni mucho menos, sus buenas maneras de familia: el gusto por el piano, por el anisete, por el punto gordo y por los triduos.  Las queridas fueron un poco nuestras hadas.  No sabíamos como, pero siempre traían, ocultos entre sus abrigos de pieles, chocolatinas, caramelos o higos secos...que tanto nos gustaban. Sí, como nuestras hadas, porque la verdad es que los niños de la guerra no tuvimos otras.
...   ...   ...

También surgirían aunque más adelante las “Chicas Topolino”, pero estas, a diferencia de las queridas, no provenían de la necesidad... Me explico: Había unos coches pequeños que se llamaban "Topolinos", y una chicas, que también se llamaban topolinos, porque se las veía mucho en estos coches.


Las "chicas topolino" eran las herederas de las "señoritas jamón" de antes de la guerra...: Las que bailaron el charlestón, jugaron al tenis y se besaron con sus novios formales a la luz incierta de las películas mudas.
La familia a la que le salía una "chica topolino" ya tenía bastante cruz:
-Yo, mamá, a lo positivo.
Lo positivo era ir en coche, comer gambas, vivir la vida, y besar al hombre que conducía el coche y pagaba las gambas.
...   ...

HISTORIA DE ESPAÑA ES LA NARRACION ORDENADA DE LOS SUCESOS MAS IMPORTANTES LLEVADOS A CABO POR LOS ESPAÑOLES, DESDE LOS TIEMPOS MAS REMOTOS HASTA NUESTROS DIAS.

Resultaba que los españoles, desde los tiempos más remotos hasta nuestros días, nos lo habíamos pasado haciendo machadas por el mundo y diciendo frases a cada paso. Los españoles teníamos frases para todo:
-Más vale honra sin barcos, que barcos sin honra.
-Yo no he venido aquí para luchar contra los elementos...
-Llora como una mujer, lo que no has sabido defender como un hombre.
-!Manos blancas no ofenden!
-Estos son mis poderes y a donde no se llega con la mano, se llega con la punta de la ...espada.
No podía ser. Queríamos ir a colegios de hombres y nos llevaban a colegios oscuros,


en patios interiores, con olor a cocinas pobres y corriente de pasillo, donde hacíamos palotes, temblorosas y atormentadas caligrafías, bajo la mirada miope y dura de unos maestros con mandilones grises, bigotes negros y regla de pegar en la mano. En aquellos colegios sórdidos nos enseñaron a odiar nuestro propio cuerpo y nos obligaron a prender lo de "amor, amor, amor" en el lugar del excremento.

Menos mal que para aquella época existía el “guateque”...exacto, geométrico, calculado...unas cuantas parejas ,unas gaseosas, un picú...a veces había sangría. Un baile, una confidencia, un beso perdido, un perfume, nada. Mejilla contra mejilla. Besos de gaseosa y sentimentalismo dominical. Por nuestros brazos delgados comenzaron a pasar...mujeres.

Ramona como una dulce aparición
Ramona, llegaste tu a mi corazón...

Pero claro, la naturaleza adolescente comenzó a cansarse de ese leve escarceo de los sábados... Un día tomamos el camino de aquel barrio de conventos, meretrices y lagartos.


Aquel barrio lejano y oscuro, donde habíamos perderse durante la guerra a los moros y a los legionarios.
Allí comprendimos que las mujeres honradas no tenían pechos y que las meretrices, como aprendimos que se llamaban, tenían unos senos vivientes.
-¿Qué buscas , muchacho,?¿Qué haces aquí?
-¿y tu, quién eres, cómo te llamas?
Yo soy esa,
esa oscura clavellina
que va de esquina en esquina,
volviendo atrás la cabeza.
Lo mismo me llaman Carmen,
que Lolilla, que Pilar...
con lo que quieran llamarme
me tengo que conformar.
!Soy la que no tiene nombre,
la que a nadie le interesa,
la perdición de los hombres,
la que miente cuando besa!
Ya lo sabes...
Yo soy esa.
!Ay, meretriz, sonaba a emperatriz, actriz, matriz!. !Hasta que un día supimos que se llamaba "puta", como una explosión!.
...  ...  ...



También nos rondaba el pederasta. El pederasta estaba en todas partes, aunque entonces no sabíamos que se llamaba así y le decíamos tío bujarrón. El pederasta era un señor como los demás, sólo que más simpático con nosotros y con inagotables caramelos en los bolsillos. Cuando nos veía nos hacía señales, guiños, muecas, ofertas, hasta que conseguía tenernos a su lado sobándonos mucho las manos y el pescuezo. !Qué asco de tío bujarrón! o !Pobre bujarroncito, pederasta, mariconuela!... que un día cogían entre cuatro o cinco golfos y lo tiraban al río helado para que se refrescase... y aún así volvía a buscarlos por las esquinas del barrio o a sorprenderlos con sus gafas de miope en los urinarios de los cines, para ofrecerles dinero, estampas, caramelos, cromos de Zarra, Gainza o Ramallets...
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Había mucha escasez de viviendas, porque aunque murió mucha gente en la guerra, también fueron bombardeadas muchas casas. Lo cierto es que no había casas para todo el mundo y entonces vinieron los realquilados. La señora del realquilado siempre vestía de marrón y había perdido los dientes en la guerra: ”Una infección de encías, dijo el médico, y estuve a punto de quedarme calva”. Había que tener mucho cuidado en no beber del vaso de aquella mujer, aunque sólo era al principio que después todo el mundo bebía de su vaso y hasta metía mano en su plato, porque no estaban los tiempos para andarse con bromas. Los realquilados eran muy finos al principio y todo les parecía bien, y la señora de la casa le hacía laborcitas a los niños de la realquilada, pero luego empezaban las riñas, las sisas, los follones y las mujeres se decían cosas desagradables, los hombres montaban sus maquinitas de liar cigarrillos en extremos opuestos de la mesa del comedor, y los niños se peleaban abiertamente, a muerte. Hasta que un día los realquilados se iban, violentamente o calladamente, a convivir con otra familia, y entonces nos quedábamos con nuestra casa, con nuestros muebles, nuestra pobreza, nuestro Sagrado Corazón:


Dios bendiga cada rincón de esta casa, con nuestros apellidos y con nuestro olor. Sí, con nuestro olor, que en la casa donde había realquilados pugnaba el olor a naftalina de una familia con el olor a potaje de la otra, y eso no es así, cada familia debe tener su olor.
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La cosa de la postguerra era el piojo verde. A los niños nos pelaban al cero en nuestras casas, porque el piojo hacía nido en la cabeza, como la cigüeña en el campanario y con nuestras cabezas rapadas y pelonas andábamos como más seguros por las calles, las ideas claras y los pensamientos transparentes.
Pero la enfermedad terrible era la tuberculosis, nosotros la decíamos tisis. En la postguerra lo peor que se le podía llamar a alguien era "tísico" o "rojo".La verdad es que, como habían dejado el país, había más tísicos que rojos.
Los ricos se curaban la tisis con jamón, los pobres con misas y con cementerios. En caso de muerte los ricos solían morirse los sábados, para así ser enterrados los domingos con mucha pompa y circunstancia. Los pobres se morían cualquier día, a lo mejor un viernes. !Son ganas de molestar!. Eran especialmente sensibles a la tuberculosis las señoritas que estudiaban piano, los dependientes de droguería, las mecanógrafas, los novios románticos de las prostitutas de clase y los carteros urbanos.
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Había niños que vestían de blanco para todo, como si estuvieran siempre haciendo la primera comunión. A nosotros nuestras tías y nuestras madres nos hacían la ropa en sus viejas máquinas Singer con retazos de otros abrigos y otros pantalones de la familia, generalmente grises o marrones, y la prenda nacía vieja. La verdad es que tardamos mucho tiempo en estrenar ropa de tienda. Había dos razas de niños: los que tenían y los que no teníamos bicicletas. Los niños de las bicicletas solían ser los mismos que vestían de blanco. Tampoco había bicicletas para dar y tomar, esa es la verdad, de modo que incluso aquellos niños solían tener una bicicleta para todos los hermanos, o a lo más dos bicicletas, una de chico y otra de chica. Las bicicletas de chica solían tener una redecilla en la rueda de atrás, hecha de varios colores, preferentemente los de la bandera española. Algunas niñas llegaron a malograrse por esa tontería, aunque parezca que no, la Ina sin ir más lejos, porque la Ina se hizo una rotura entre las piernas, un desgarroncito sin remedio, una sangrecita de nada, todo por culpa de la barra de la bicicleta. Lo que más celos nos daba era que una niña accediese a que un chico la llevase a dar una vuelta en su bicicleta, cosa que a veces ocurría, y entonces ella iba sentada en la barra horizontal, con las dos piernas a un lado, la falda un poco remangada y la cabeza levemente ladeada y hundida en el pecho, bajo la cabeza del chico, que se inclinaba sobre ella para conducir y quedaba constelado por los cabellos al viento de la niña. Debía ser muy excitante llevar a una niña en la bicicleta de uno, pero nosotros ni siquiera teníamos bicicleta. Ellos, los niños de blanco, tenían las bicicletas y nosotros las chapas de gaseosa.
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Para terminar les diré que había dos formas serias de ser español: Ser futbolista o ser opositor. Gainza, Zarra, Ramallets, Campanal, Iriondo... los periódicos venían llenos de fútbol como antes habían venido llenos de guerra. Ser futbolista era una de las formas más serias de ser español.


El fútbol era la épica nacional y el ideal patrio hubiera sido un país con tantos futbolistas como ciudadanos. El español llevaba dentro un futbolista nato, como antes había llevado un torero. Así como el inglés sólo nace inglés, y luego con la vida los años y los estudios se hace ingeniero de minas o bibliotecario diplomado, el español nace español y futbolista, y a más a más español y opositor. Había madres a las que las comadronas, ya nacido el niño, les decía: "Señora, ha tenido usted un opositor". Y eso llenaba de orgullo a las parturientas.
Yo mismo quise ser ejemplar y comencé a preparar las oposiciones de Banca. !No para ser banquero, sino para ser bancario...que a la larga se ha demostrado más seguro!

EPILOGO

Yo iba entonces algunas noches al Diario Pinciano a entregar mi colaboración, mi tímida colaboración, y fue allí donde por primera vez tuve fe en que la Literatura era una cosa de verdad.
En aquella sala de máquinas aceitosas decidí ser escritor.


José Mª Stampa, era el más corpulento y el más brillante alumno de Derecho de la Universidad de Valladolid. Paseábamos de madrugada a la salida del Diario y me dijo:
-Tu tienes que ir a Madrid. Tu mundo literario, tu mundo narrativo lo tienes aquí, pero tu porvenir lo tienes en Madrid.
Me fui del periódico sin despedirme de nadie. En la estación saqué un billete de tercera. En un tren tranvía llegué a Madrid para siempre, justo cuando Eisenhower llegaba a la capital para abrazar a Franco.
!Ay, Madrid!...Madrid era un chotis bailado por Lara y Conchita Cinton.   En nuestra memoria de ex-niños sigue sonando, organillo triste de postguerra, la fascinación pobre, nacionalista, cachonda, de una vida mejor...que era la vida de Madrid.

OFF: suena el chotis “Madrid” de A. Lara.


Mientras cae lentamente el
TELÓN